El competitivo de Pokémon de 3ra Generación esconde mucha complejidad y no hablamos de estrategias, formación de equipos y selección de movimientos, sino más bien desde el punto de vista de la reproducción y la crianza de nuestro Pokémon.
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En el capítulo anterior se habló de que es posible enseñar movimientos a través de la cadena de crianza. Para entender este concepto primero debemos hacernos una idea de cómo funcionan los grupos huevo. Cada pokémon pertenece a un grupo huevo. Este grupo va a depender del tipo del pokémon, del hábitat donde vive o de su forma física. Pongamos como ejemplo a Ralts. Este pokémon pertenece a dos grupos huevo bien diferentes: amorfo y humanoide. Dentro del grupo huevo amorfo podemos encontrar aquellos pokémon que no tienen una forma corporal definida, como por ejemplo Muk y Slugma. Por otro lado, en el grupo huevo humanoide están aquellos pokémon que poseen una forma física similar a la de los humanos como por ejemplo Machop y Abra. Ahora bien ¿por qué es importante esto en la crianza? Cuando dejamos a los pokémon en la guardería, estos únicamente se podrán reproducir si cumplen tres condiciones: 1) son de la misma especie y de sexos diferentes; 2) uno de los dos es un Ditto; o 3) pertenecen al mismo grupo huevo y son de sexos diferentes. Una vez entendemos esto, podemos llegar a la conclusión de que, por ejemplo, Ralts podría reproducirse con cualquiera de los demás pokémon con los que comparte grupo huevo.
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Por lo tanto, podríamos dejar un Ralts hembra y un Muk macho y ambos tendrían una cría sin muchos problemas. Con este principio del grupo huevo, es como podemos poner en funcionamiento una cadena de crianza. Se invita a cada entrenador a comprobar a través de una aplicación de pokédex a qué grupo huevo pertenece el pokémon que está criando para poder determinar una futura cadena de crianza. En resumen: cada pokémon puede pertenecer a uno o más grupos huevo. Los miembros de un grupo huevo pueden reproducirse entre sí.
