Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [Cuarto año]

27. Mamá

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Después de que los chicos se enteraran al día siguiente se mostraron preocupados por nuestro bienestar, pero me miraron de una forma tan extraña al saber que mate a dos hombres... a dos seres humanos, mis manos estaban manchadas de sangre y lo odiaba.

Estábamos en el desayuno mientras charlaban amenamente y yo solo podía probar bocado, esta sensación no me agradaba y me daban náuseas conmigo misma. Me levanté de la mesa sin decir palabra y caminé hacia mi oficina.

Llore sin que me miraran y cuando escuché que la puerta se abrió un poco miré a mi mejor amiga, la castaña que siempre me salva de mi misma. Me limpié las lágrimas mientras ella se acercaba.

—¿Estas bien? —ante la pregunta solo la miré y negué con la cabeza mientras algunas lágrimas se escapaban

—No, Her... me siento como una basura de persona —hablé entre sollozos —siento que mis manos están manchadas de sangre y lo odio, me odio a mi, en la persona que me convertí

—No seas tan cruel contigo misma... —me consoló mientras me abrazaba —cometiste un error al ordenar que mataran a esas personas, pero sabes que está mal... actuaste por impulso —me explico mientras yo lloraba en su hombro

—Lo se Her, y me odio por eso —volví a decir

—No lo hagas, eres una buena persona... la cual le han pasado muchas cosas horribles —comenzó a acariciar mi cabeza —además nadie está preparado para reinar algo tan grande como esto —comenzó a decir

—Al parecer yo lo tengo que estar —me aleje un poco de ella mientras me limpiaba las lágrimas nuevamente

—Irás aprendiendo, con el paso del tiempo... tienes a muchas personas que te pueden ayudar —me sonrió un poco y yo asentí

—Gracias Her... necesitaba escuchar eso —le sonreí un poco

—Bien, ¿Quieres ir con Lunery? —preguntó con una pequeña sonrisa y yo asentí

Estuvimos jugando con Lunery durante un tiempo hasta que se cansó y quedó dormida. Hermione y yo habíamos salido a charlar un poco, puesto dentro de poco regresaría a Hogwarts con los chicos, al igual que todos.

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Me estaba despidiendo de los chicos esa mañana, Theo y yo apenas nos mirábamos después de lo ocurrido. Los días pasaron y yo encarcelé al rey que mando a suicidarme, era de la Casa Lannister de Roca Casterly. Puse en el trono a una persona nueva que sabía que tendría mi confianza absoluta. Tyrion Lannister, mi mano derecha o más bien mi consejero.

Las cosas en el reino eran difíciles y algo aburridas, extrañaba a los chicos y a mi parecer Daren parecía saberlo, ya que venia a verme muy seguido.