Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [Cuarto año]

28. Día de Hermanos

Mini - Maratón: 1/3

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Comencé a hablar con ella durante una hora completa sobre el reino, sobre mi y sobre ella. Teníamos muchas cosas en común y eso me gustaba.

—Es hora de irme —hablo acariciando mi mejilla

—Adiós Mamá —una lágrima salió involuntariamente mientras le sonreía

—Por cierto, te vez hermosa —y finalmente fue desapareciendo poco a poco frente a mi

Caí de rodillas mientras me abrazaba a mi misma. Estuve en esa posición durante bastante tiempo. Hasta que mi hermano parecía estar buscándome, se sentó a mi lado mientras me abrazaba y yo me recargue en su hombro llorando.

—Todo estará bien hermanita —asentí mientras limpiaba mis lágrimas

Después de un rato de estar en la misma posición decidimos entrar de nuevo con los demás. Cuando estábamos entrando al vestíbulo Theo me esperaba y Harry hablaba con Cedric.

—Hola preciosa —habló Theo mientras me abrazaba —¿todo bien?

—Si —sonreí un poco pero no dije nada más —me iré a dormir —le di un beso en la mejilla y seguí mi camino

Me despedí de los chicos con un gesto de la mano mientras mi hermano explicaba un poco de lo sucedido a Hermione y Sara quienes solo asentían. Theo se había ofrecido a acompañarme pero me negué. Quería estar sola un momento.

Al llegar a mi recámara me quite los tenis y me hice ovillo en mi cama mientras lloraba. Sentí como la cama de un día un poco a mi lado y al voltear miré a Lunery sentada mirándome extrañada. La tome en manos y comencé a acariciarla mientras ella se acurrucaba sobre mi estomago. Nos quedamos dormidas sin saber nada, solo estábamos Lunery y yo.

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A la mañana siguiente, no quería levantarme de mi cama. Solo quería dormir todo el día o mejor para siempre.

A mi pesar Daren entró con una sonrisa enorme y yo le lancé una almohada.

—Deja dormir —me queje mientras me volvía a tapar con las sábanas hasta la cabeza

—Tienes que desayunar, y hoy vamos a hacer un pequeño día de hermanos... ¿qué te parece? —esperaba una respuesta de mi parte y yo solo le paré el dedo medio, para después él reírse —párate y prepárate pequeña

—A veces no entiendo como puedes ser mi hermano, y peor... mi mellizo —dije divertida mientras me paraba de la cama y tallaba mis ojos

Me di una ducha y me puso lo de siempre, una sudadera y unos pantalones que me quedaban algo flojos.