Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [Cuarto año]

24. Hombres

──⚡❆ 𝙷𝚊𝚛𝚛𝚢 ❆⚡──

Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el anterior. Por todas partes corrían los rumores sobre el baile de Navidad, aunque no daba crédito ni a la mitad de ellos. Por ejemplo, decían que Dumbledore le había comprado a la señora Rosmerta ochocientos barriles de hidromiel con especias. Parecía ser verdad, sin embargo, lo de que había contratado a Las Brujas de Macbeth; aunque no sabía quiénes eran exactamente porque nunca había tenido una radio mágica; pero, viendo el entusiasmo de los que habían crecido escuchando los Cuarenta Magistrales, suponía que debían de ser un grupo musical muy famoso. Al igual estaba el rumor de ___ y Theodore Nott, que al parecer era cierto, lo comprobé una vez que Nott se le acercó para saludarla y le daba un beso en los labios. Y tuvo que decirnos a Ron y a mi, a Fred y George pareció divertirles un poco y Ron no le hablaba mucho a ___ al igual que yo.

Algunos profesores, como Flitwick, desistieron de intentar enseñarnos gran cosa al ver que las mentes estaban tan situadas en otro lugar. En la clase del miércoles nos dejó jugar, y él se pasó la mayor parte de la hora comentando conmigo lo perfecto que le había salido el encantamiento convocador que había usado en la primera prueba del Torneo de los tres magos. Otros profesores no fueron tan generosos. Nada apartaría al profesor Binns, por ejemplo, de avanzar pesadamente a través de sus apuntes sobre las revueltas de los duendes. También McGonagall y Moody nos hicieron trabajar hasta el último segundo de clase, y Snape antes me hubiera adoptado que dejarnos jugar durante una lección. Con una mirada muy desagradable informó de que dedicaría la última clase del trimestre a un examen sobre antídotos.

—Es un puñetero —dijo amargamente Ron aquella noche en la sala común de Gryffindor —Colocarnos un examen el último día... Estropearnos el último cachito de trimestre con montones de cosas que repasar...

—Mmm... pero no veo que te estés agobiando mucho —replicó Hermione, mirándolo por encima de sus apuntes de Pociones

—Exacto... lo que diga Her —hablo esta vez ___ quien también leía mucho sus apuntes

—Tu calla que tú noviesito es un genio en pociones —replicó Ron

—Tal vez, pero él también estudia... —replicó esta vez la pelinegra aún metida en sus apuntes
Ron se entretenía levantando un castillo con los naipes explosivos, que era mucho más divertido que hacerlo con la baraja muggle porque el edificio entero podía estallar en cualquier momento.

—Es Navidad, chicas —les recordé y su mirada ahora estaba en mi, parecía severa y yo me limité a sonreírle

—Creí que harías algo constructivo, Harry, aunque no quisieras estudiar los antídotos.