Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [Cuarto año]

19. La dulce Venganza

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Después de cenar, nos escondimos en la capa de invisibilidad de Harry para poder escaparnos de nuevo al aula y seguir practicando.

—Bien, vamos a hacer algo un poco extraño —me miro confundió después de un rato —al decir aquel hechizo trata de imaginarte sobre tu escoba, volando y esquivando a aquel dragón con éxito

Al hacerlo, lo logró; salte emocionada ante aquel suceso y lo abracé, este solo sonreía correspondiendo al abrazo.

—¡Accio diccionario! —dijo al separarnos, haciendo que un volumen pesado fuera de una esquina hasta sus manos

—¡Creo que esto ya lo dominas, Harry! —dije muy contenta

—Espero que funcione mañana —repuso Harry —la Saeta de Fuego estará mucho más lejos que todas estas cosas: estará en el castillo, y yo, en los terrenos allá abajo

—No importa —declare con firmeza —siempre y cuando te concentres de verdad, la Saeta irá hasta ti. Ahora mejor nos vamos a dormir, Harry... Lo necesitarás.

Regresamos a la torre de Gryffindor, y al ver a Hermione sentada con un libro frente a la chimenea, le di las gracias a merlin. En ese momento Harry se despidió y desapareció por la escalinata de caracol en dirección a los cuartos de hombres, volte hacia Hermione quien me miró extrañada por mi actitud

—Vamos a mi recámara, necesito que veas algo —dije emocionada —pero antes pasaremos por Sara —la tome del brazo para comenzar a caminar hacia Ravenclaw

Al llegar Sara iba saliendo y lo agradecía tanto por que no sabía la contraseña de aquella casa y Hermione por más conocimiento que tuviera, no sabía aquello.

—¡Sara! —asuste a la rubia, haciendo que diera un salto —ven —no deje que emitiera una sola palabra más y las llevé conmigo. Las arrastre hasta mi recámara donde Violeta me pidió la contraseña —Dragones —dije y el retrato se abrió para nosotras

Busque con la mirada a mi pequeña, quien se encontraba acurrucada encima de una almohada en una esquina del cuarto. Se veía tan tranquila dormida, enroscada con los ojos cerrados.

—Les presentó a Lunery y sus hermanos —dije mostrando los huevos de dragón aún sobre el carbón caliente que estaba en un recipiente de metal a lado de Lunery

—Espera, eso es... —me miró con los ojos abiertos la rubia a mi lado y yo asentí

—Un dragón, bueno un bebé dragón —les sonreí

—Es increíble —al escuchar a la rubia Lunery abrió los ojos y al ver que estaba con compañía se levantó con precaución, como si fuera a casar algo

—Ven peque, tranquila... —me acerque a ella, provocando que subiera a mi hombro —ellas dos son mis amigas, Hermione y Sara —le acaricié la cabeza para tranquilizarla, pero está seguía a la defensiva