29. Evitando

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Mini - Maratón: 2/3

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De forma que esa noche, después de cenar, los cuatro volvimos a salir del castillo y se fuimos por los helados terrenos del colegio hacia la cabaña de Hagrid. Llamamos a la puerta, y respondieron los atronadores ladridos de Fang.

—¡Somos nosotros, Hagrid! —gritó Harry, aporreando la puerta —¡Abre!

No respondió, pero esta vez Fang comenzó a arañar la puerta, quejumbroso, pero ésta siguió cerrada. Llamaron durante otros diez minutos, y Ron incluso golpeó en una de las ventanas, pero no obtuvimos respuesta.

—Me estoy congelando —dije abrazándome a mi misma y Harry me miro de una forma que no entendía, parecía como si me quisiera abrazar pero se detenía.

—¿Por qué nos evita? —se lamentó Hermione, cuando finalmente desistimos y emprendieron el regreso al colegio —espero que no crea que a nosotros nos importa que sea un semigigante.

Pero parecía que a Hagrid sí le importaba, porque no hubo ni rastro de él en toda la semana. No hizo acto de presencia en la mesa de los profesores a las horas de comer, no lo miramos ir a cumplir con sus obligaciones como guardabosque, y la profesora Grubbly-Plank siguió haciéndose cargo de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Había una visita programada a Hogsmeade para mediados de enero. Hermione se sorprendió mucho de que Harry pensara ir, pero a mí me daba igual.

—Pensé que querrías aprovechar la oportunidad de tener la sala común en silencio —comentó —tienes que ponerte en serio a pensar en el enigma
.
—¡Ah...! Creo... creo que ya estoy sobre la pista —mintió y podía ver aquello, conocía bien a Harry para darme cuenta que cada vez que mentía tocaba su nuca o jugaba con sus manos

—¿De verdad? —dijo Hermione, impresionada —¡Bien hecho!

—Si... genial Harry —le sonreí con sarcasmo y este pudo darse cuenta

Harry, Ron, Hermione y yo salimos del castillo el sábado, y atravesaron el campo húmedo y frío en dirección a las verjas. Al pasar junto al barco anclado en el lago, miramos salir a cubierta a Viktor Krum, sin otra prenda de ropa que el bañador. A pesar de su delgadez debía de ser bastante fuerte, porque se subió a la borda, estiró los brazos y se tiró al lago.

—¡Está loco! —exclamó Harry, mirando fijamente el pelo de Krum cuando su cabeza asomó en el medio del lago —¡Es enero, debe de estar helado!

—Hace mucho más frío en el lugar del que viene —comentó Hermione —
Supongo que para él está tibia.

—Sí, pero además está el calamar gigante —señaló Ron. No parecía preocupado, más bien esperanzado.

Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [Cuarto año]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora