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La cercanía de dos personas sin importar la distancia entre ellas, podrían haber miles de kilómetros entre ellos pero la cercanía de su soledad, la cercanía de sus corazones buscando ser uno, los juntan a pesar de estar separados.

Ambos seguían sentados en ese sillón azul, no estaban tan juntos como para tocarse, pero lo suficiente como para poder hacerlo. Hyunjin veía atentamente la pantalla sin despegar su vista, se había pasado así la última hora, sin embargo Minho, desviaba sus mirada cada cierto tiempo para fijarse en el chico sentado a un lado de él.

Le era inevitable verlo, su cabello negro caía sobre su rostro y cuando le tapaba la vista, lo apartaba moviendo su cabeza, Minho ni siquiera estaba seguro de que Hyunjin se diera cuenta de todos los movimientos involuntarios que tenía.

La mano de Hyunjin estaba a un lado de su pierna, Minho no podía dejar de verla, posó su mano a un lado de la de Hyunjin, su meñique se levantaba, pero apartó la vista de ambos debido a la vergüenza que sentía en su interior. Aunque su meñique siguió recorriendo el sofá, cuando tocó la mano del pelinegro sintió como algo dentro suyo explotó, haciendo que miles de burbujas subieran desde su estómago hasta su pecho.

-Lo siento-Susurro, aún siendo lo suficientemente fuerte como para que llegara a los oídos contrarios.

-Ah, no te preocupes.-Contestó Hyunjin volteando a verlo y dedicándole una sonrisa, la cual se quedó en la cabeza de Minho hasta que la película llegó a su fin.

Al empezar los créditos Minho sugirió preparar algo de comer ya que le había dado hambre, a lo Hyunjin contestó que lo ayudaría a cocinar. Ambos estaban en la cocina, Hyunjin cortaba algunos vegetales y Minho cocinaba la carne, estaba uno al lado del otro, Minho a propósito había acercado la tabla de cortar a la estufa para que Hyunjin se quedara cerca de él, de vez en cuando chocaban sus hombros entre sí y cuando lo hacían ambos se giraban para regalarse una pequeña y fugaz sonrisa.

La vergüenza se adentró en cada uno, ya que a pesar de no ser extraños la situación se sentía aún más íntima que las anteriores, lo cual los ponía tímidos.

Cuando Hyunjin terminó de picar, se acercó a Minho para ver la carne, "se ve delicioso" pensó Hyunjin, Minho tomó el bote de la pimienta y agregó un poco a la carne, pero al pelinegro estar tan cerca partículas de la pimienta lograron entrar por su nariz haciendo estornudar varias veces, tantas que su nariz quedó roja.

-Lo siento, debí decirte que te alejaras.-Dijo Minho.

-No te preocupes, fue mi culpa.

Hyunjin al levantar la mirada, tenía la nariz tan roja como un tomate.

-Te ves lindo así.-Soltó Minho sin pensarlo demasiado, ya que en su mente solo estaba la linda imagen que estaba ante sus ojos, un Hyunjin con un gorro tejido y con la cara colorada, se veía tan tierno.

Hyunjin no dijo nada, pero el sonrojo de sus mejillas aumentó, esta vez no por la pimienta sino por las palabras del castaño.

Minho apartó la vista y siguió cocinando.

Al tener la comida lista se sentaron a comer, la rodilla de Hyunjin chocaba con la de Minho, ambos parecían querer ignorarlo para disfrutar de la rica comida.

-¿Por qué tus mejillas siguen rojas?-Pregunto Minho acercando su mano a la mejilla de Hyunjin.

-No lo sé.-El pelinegro acercó también su mano a su mejilla, haciendo que rozara su mano con la de Minho.

Apartaron sus manos y siguieron comiendo.

-¿Cómo sigue todo en tu casa?-Dijo Minho tratando de entablar una conversación-Perdón tal vez no debí preguntar, está bien si no contestas.

-Está bien, medianamente bien.-La mirada de Hyunjin se perdió, miraba hacia enfrente pero parecía no estar enfocando nada, como si estuviera pensando.

-¿Tu papá..?

-No he sabido de él, solo se fue.

-Lo siento, de verdad.-Minho al notar la mirada perdida del pelinegro, puso su mano encima de la contraria.

-Gracias.-Hyunjin miró los ojos cafés de Minho y le dedicó una sonrisa.-Eres muy amable.

El castaño apartó su mano lentamente y siguió comiendo.

Recordó la vez que Hyunjin llegó a su casa golpeado, esa noche sintió como su corazón se apretaba en su pecho, lo vio llorar, en esos momentos Minho también quería hacerlo pero no pudo, sabía que tenía que mantener la compostura, sin embargo, sabía que si lo volvía a ver llorar no podría retener las lágrimas.

Lavaron sus platos, Lee lavaba y Hyunjin secaba, la mirada del pelinegro se seguía alejando a pesar de estar hablando, suspiraba cada cierto tiempo, Minho supo en cada suspiro el vacío que Hyunjin sentía en su corazón.

-¿Te quedas a dormir?-Esta vez los ojos de Hyunjin se enfocaron en los de Minho.

-¿No habría que preguntarle a tus papás?

-No van a venir, se fueron a un viaje de negocios hace dos días, no regresan hasta dentro de una semana.

-¿Tú estás bien con eso?

-Bueno, creo que mi opinión no importa.

-Oh.

-Antes iba a casa de mi abuela, pero... bueno ya sabes.

-Lo siento.

-¿si te quedas?

-Esta bien, solo tengo que avisar.

El rostro del castaño se iluminó y le regaló a Hyunjin una gran sonrisa.

Cuando terminaron de lavar los trastes, Hyunjin fue al baño y sacó el teléfono de su bolsillo.

"Mamá, puedo quedarme en casa de un amigo?"

Su madre estaba en línea, pero ya habían pasado un par de minutos y no contestaba, ni siquiera lo leía.

"Mamá?"

Pasaron un par de minutos más y al fin tuvo respuesta.

"Si"

Un simple si, no es como que Hyunjin esperaba que le dijera que no, pero, solo un sí parecía simple, sin importancia, no debería de sorprenderle después de todo lo que ha pasado con su madre, pero lo hacía, le sorprendía cada día más su falta de interés en él.

Bloqueó el teléfono y salió del baño.

Su madre reclamo por el abandono de su padre, pero jamás se sentó a pensar que ella también lo abandonó, seguía ahí, pero no estaba realmente, no hablaban. Hyunjin sabía que no le importaba aún así lo lastimaba cada que reafirmaba, "¿Qué es más cruel que te abandonen o tener a la persona enfrente y saber que también te abandona?" Pensó Hyunjin.

"Ambas" se contestó.

Empty Souls-HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora