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Ink asintió mientras estaba hecho un arcoíris. Vale, puede odiar ciertas costumbres de su criminal pero jamás olvidará cuando este le hace sentir mariposas en su estómago. Error era muy bueno con sus palabras y promesas.

Eso era lo que más emocionaba al pintor. Sabía que todo lo que prometía el azabache, era verdad y lo cumpliría. Él era un hombre de palabra.

Minutos después, este terminó con su maquillaje y tenía su traje puesto por igual. -¿Me veo bien? Procura que ninguna marca se note- Se levantó y modeló frente a Error. Quería que viera cada esquina de su anatomía. Se podía dar cuenta que el otro lo desnudaba con la mirada.

El azabache solo estaba en silencio. -Nada mal- Contestó serio. -Es hora de irnos, el tiempo es oro- Continuó para tomar lo necesario. Cada herramienta era importante para ejecutar su plan.

Ink por su parte debía tomar su teléfono. -Llamare a un taxi. Prepara todo- Se retiró para también procurar de tener todo en orden para poder retirarse de su apartamento.

Minutos después, ambos se encontraban en ese carro amarillento. Un señor amargado con dos chicos en los asientos de atrás. La pareja solo se miraban de reojo. Error tomaba con fuerza la mano de Ink. Más que nada para amenazarlo que no dijera nada, de pura suerte ese señor no conocía al criminal Error.

-¿Crees que todo salga bien?- Ink preguntó. Trataba de cuidar su lenguaje pues no quería delatar sus planes. Es por ello que trataba de mantener frases ambiguas para que el conductor les diera el beneficio de la duda.

Error por su parte suspiró. -Todo saldrá bien, yo nunca me equivoco. Él cederá a tus deseos- Susurro un tanto maquiavélico. Esto era, dentro de algún tiempo se encontrarán en el punto de reunión. Ya no había vuelta atrás.

Estaba a nada de cometer el mayor crimen de su vida.

AmO sEr Tu mAsOquistA // ErrorinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora