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Si era sincero, a Dong Min le comenzó a dar miedo salir a la calle, incluso a la tienda por alguna merienda. Aquella nota no lo ha dejado dormir. Y quería ser un poco optimista puesto a que realmente había fantaseado con su suscriptor, conocerlo, estar con él, pero... Al grado en el que ha llegado esto, ya se vuelve completamente extraño y aterrador.

Y la verdad, es que siempre llega a su puerta dulces, galletas, chocolates costosos, cada uno con una nota de SilverMoon donde solo escribe un: Te amo, y más nada.

Ese día, va caminando a la universidad, mirando con disimulo cada lado de la calle para ver si no hay nadie merodeando por ahí y está tan sumergido en buscar a alguien extraño, que no nota la presencia de un hombre a su lado quien toca su hombro y lo jala del brazo.

—¡Aaah! —grita asustado, se gira y ve a la persona a su lado reírse —¡Vete a la mierda! ¡Te odio!

—Minnie~ —el pelinegro acelera sus pasos hasta estar dentro del recinto —No te pongas así, Dong Dongie.

—¡No me llames así! —ignora, pero vuelven a jalarlo y furioso le da un golpe al hombre. —¿Cuantas veces tengo que decirte que no soy perro, Mingyu?

Kim Mingyu es su profesor de inglés en la universidad, un hombre tres años mayor que él con quien ha hecho una amistad realmente buena. Y es que al ser un estudiante aplicado en dicha clase, la atención de Kim hacia él los llevó a una amistad fuerte llena de confianza. Nada romántico por supuesto.

—Sabes que el perro de mi mamá me recuerda a ti, Minnie.

—No soy un perro, deja de joder, voy tarde. —se marcha a toda prisa, sonriendo cuando se gira al escuchar la risa de su maestro.

Gracias a Kim Mingyu la tensión que sentía disminuyó, pero no el caos que se avecinaba más tarde.

Las clases terminaron y el camino a casa se hizo un poco eterno, estaba estresada sin duda, cada día que pasaba sentía la presión pegarle de golpe, pero debía de ser un excelente estudiante para convertirse en un doctor reconocido y excelente

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Las clases terminaron y el camino a casa se hizo un poco eterno, estaba estresada sin duda, cada día que pasaba sentía la presión pegarle de golpe, pero debía de ser un excelente estudiante para convertirse en un doctor reconocido y excelente.

Al llegar a su apartamento, una nota estaba pegada en su puerta, lo cual se le hizo extraño ya que siempre aquellas notas estaban acompañadas de alguno, pero en esta ocasión, al intentar despegar la nota de su puerta, notó que estaba abierta. Alguien había entrado a su apartamento.

Quitó el papel y se metió con temor a su apartamento, encendió la luz de la sala y revisó con la mirada rápida. Nada, estaba vacío. Dejó abierta la puerta por si acaso y siguió hurgando en las demás secciones de su casa, encendiendo las luces a una distancia alejada por si acaso. Finalmente, llegó a la habitación donde grababa y no encontró nada por lo que suspiró aliviado.

Pero recordó la nota en sus manos. Y la leyó detenidamente... :

¿Por qué dejas que otro hombre ponga sus manos en ti?
¿Acaso no soy suficiente?
Cuando regreses te darás cuenta de quien eres, bebé.

—¿Qué-...? — no hubo tiempo de formular más nada, golpearon su cabeza y cayó al suelo desmayado.

Unas manos acariciaron su cuerpo para luego cargarlo en sus brazos y dejando su cabeza en su pecho hecha un ovillo, dio un pequeño beso.

Estás en mis brazos ahora, mi amor.

Moon se había convertido en alguien diferente gracias a su obsesión...






Bunny |🔴| BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora