Tal como dijeron, ninguno de los dos habló realmente de nada, solo se acostaron en la cama del menor y se quedaron mirando el techo. Y Valentín no podía estar más agradecido por eso, porque su mente no dejaba de pensar y la situación en su casa no le permitía tener un momento de paz como tenía allí.
Los padres de Máximo se habían sorprendido por verlo ahí después de tanto tiempo pero lo trataron como siempre lo trataban y una parte suya se quedó tranquila porque eran como su segunda familia. No quería decepcionarlos también. Sabía que Máximo era cercano a sus padres y hablaba mucho con ellos, así que no dudaba que no supieran lo que había pasado entre ellos.
Pero aún así era bienvenido en esa casa.
A veces se sentía mal porque él nunca podría darle el mismo trato a Maxi, menos ahora con lo que pasaba con sus padres.
El castaño siempre hacía cosas buenas por él y lo ayudaba en todo. Él solo le devolvía cosas malas.
—Sé que dijiste que no querías hablar, pero… —Hizo una pausa, girando su rostro hacia él y Valentín lo imitó, un poco curioso por lo que iba a decir—. ¿Te acordás esa vez que hicimos una pijamada y armamos una carpa acá con sillas y mantas? —mencionó con alegría.
Valentín se contagió de eso, sonriendo ante el recuerdo.
—Sí, que tu mamá te vino a retar porque te estabas riendo muy fuerte —agregó, sintiendo que la presión en su pecho desaparecía un poco.
—Fue tu culpa, vos me estabas haciendo cosquillas —se quejó en broma, riendo después.
Los dos se miraron con felicidad en su rostro, aunque Valentín no pudo mantener la sonrisa por tanto tiempo al mirar a los ojos a su mejor amigo—o ex mejor amigo, no sabía qué eran en esos momentos—.
Se hizo un pequeño silencio en el que Valentín volvió a mirar hacia el techo, debatiéndose en si era un buen momento para hablar o no.
—Perdón… —murmuró con cierto deje de tristeza—. Nunca quise dañarte como lo hice y tampoco quiero justificarlo, solo…
Máximo lo miró con atención, viéndolo suspirar con cierta pesadez.
—Tenía miedo —admitió.
—¿Miedo a qué? —se animó a preguntar, acomodándose en la cama para poder mirarlo mejor de costado, con una mano bajo su rostro.
Valentín no pudo responder por la sensación de ansiedad que empezaba a gestarse en su pecho, siendo la razón por la que no quería hablar en un principio aunque ahora hubiera cambiado de opinión.
El castaño ante su silencio, decidió acercarse a él y estirar su mano hacia la ajena, agarrándola y entrelazando sus dedos para después mantener la unión cerca de su rostro.
—Me di cuenta muy temprano que lo que sentíamos no era algo que todos se podían tomar bien —contó, un poco inseguro de decirle sobre eso porque aún seguía teniendo miedo—. Era lindo estar con vos, pero después volvía a la realidad donde la vida no era una fantasía, veía noticias de que habían matado a alguien por su sexualidad y escuchaba a mi viejo decir que se lo merecía por “maricón”, veía comentarios en internet de gente insultando a parejas gays solo por subir una imagen juntos… —Valentín se intentó contener pero no pudo evitarlo y sus ojos se cristalizaron.
Habían pasado varios años desde que empezó a ver la vida de otra manera, pero ese miedo a ser él mismo seguía estando ahí.
—Sé que nunca voy a poder presentarle a mi familia a un chico que me guste —agregó, dejando que las lágrimas salieran por fin y el nudo en su garganta desapareciera—. Sos muy afortunado por tener la familia que tenés y poder ser como sos sin que te importe lo que digan otros.
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chico malo - maxileng
Fanfictiondonde dos amigos que se gustan desde chicos se distancian porque uno de ellos se vuelve "malo".