Cuando NamJoon salió de la
biblioteca, Jin había desaparecido. Deambuló por la casa e intentó localizarlo mientras fingía estar interesado en los invitados a la fiesta. No quería que se dieran cuenta de que lo estaba buscando, pero tampoco quería marcharse sin asegurarse de que se encontraba bien.La noticia de su embarazo le había dejado fuera de combate y no podía ni imaginar cómo estaría el. Sí, SeokJin siempre había querido tener hijos pero en el momento adecuado y con el hombre adecuado. Y él no era ese hombre pero iba a ser padre de todas formas y no tenía ninguna intención de abandonarlo. Lo llevaría al altar aunque tuviera que arrastrarlo por los pelos.
Al cabo de un rato, salió al jardín y buscó su sedoso pelo castaño entre los grupos que estaban en el exterior, sin éxito. ¿Dónde se había metido? Lo único que le gustaba de las fiestas de sus padres era la posibilidad de discutir con el. Y, por si eso fuera poco absurdo, ahora ardía en deseos de hacerle el amor otra vez.
No lo podía negar. Había tenido que hacer verdaderos esfuerzos para no besarlo en la biblioteca. Para no besarlo, abrazarlo y dejarse llevar por la intensidad de lo que sentían. ¿Era algo nuevo? ¿O siempre había estado allí, entre ellos? Cada vez que se miraban, el ambiente se cargaba de electricidad y el menor de los roces lo volvía loco de deseo pero tenía que refrenarse. Debía refrenarse.
Además, había oído que las relaciones sexuales podían ser peligrosas para los embarazados en determinadas circunstancias. Sobre todo, si eran embarazos de alto riesgo. Y nunca se perdonaría a sí mismo si hacía daño al bebé. Por no mencionar el disgusto que se llevarían sus familias si les contaban lo que había pasado y lo perdían después.
No, sería un caballero en cualquier caso. Resistiría la tentación hasta que llegaran a la frontera de los doce meses. Aunque fuera lo último que hiciera en su vida. Justo entonces, su madre caminó hacia él.
-¿Estás buscando a SeokJin? -No-mintió. A-yeon lo miró con escepticismo.
-Si la estás buscando, estás perdiendo el tiempo. Se fue a casa hace una hora, con la excusa de que no se sentía bien. Espero que no sea culpa tuya. Nam tragó saliva al oír el tono acusatorio de su madre. Sí, era culpa suya. Qué sorpresa.
Jin se las arregló para llegar a su minúsculo apartamento sin vomitar por el camino. Había empezado a sentir náuseas en la casa de los padres
de NamJoon y, como no quería estropearles la celebración, decidió marcharse. Además, A-yeon habría empezado a sospechar si se hubiera dado cuenta de que no estaba bebiendo. Al fin y al cabo, estaba acostumbrada a verlo con una copa de champán en la mano, interpretando su papel de espíritu de la fiesta.Por desgracia, los vecinos del piso de arriba también estaban de celebración y tenían la música tan alta que las paredes temblaban. ¿Cómo iba a dormir con tanto ruido? Especialmente, si seguían hasta las
tantas. La última vez, alguien había llamado a la policía porque varios invitados se habían liado a golpes al
salir a la calle. No se podía decir que viviera en el barrio más tranquilo del mundo. Desde luego, no se parecía nada a la zona residencial donde vivian sus padres y sus hermanos pero alquilar una casa en Londres salía carísimo, y no se podría permitir ese lujo hasta su situación financiera me que su situación financiera mejorara. Resignado, se desnudó, se puso un camisón y entró en el cuarto de baño, donde se quitó el maquillaje. Pero se arrepintió de haberlo hecho. ¿Cómo era posible que estuviera tan pálido?Después, volvió al dormitorio, se tumbó en la cama y se tapó la cabeza con el edredón, pero los pisotones del piso de arriba eran tan fuertes como los de una manada de elefantes. Y luego, para empeorar las cosas, llamaron a la puerta. ¿Quién sería?
SeokJin se levantó, se puso su bata de satén, corrió a la puerta y echó un vistazo por la mirilla, temiendo que fuera algún borracho pero no era un borracho, sino un hombre alto, sombrío y de lo más familiar.
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un encuentro apasionado ♡NAMJIN♡
AcakFue un encuentro apasionado... y un bebé los unió para siempre. Un error en la reserva de un hotel veneciano obligó al diseñador Kim SeokJin a compartir habitación con su peor enemigo: el rico y atractivo empresario Kim NamJoon. Fue algo desesperant...