CAPITULO 7

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NamJoon bajó por la escalera antes de caer en la tentación de acostarse con Jin en la maldita cama. ¿Qué le estaba pasando? ¿Es que no había hecho suficiente daño? Ardia en deseos de tumbarse con el, aunque solo fuera para apretarse contra su cuerpo.

No había olvidado el contacto de su piel. No había olvidado sus generosos senos. No había olvidado el placer de hundirse en su aterciopelado calor pero no debía pensar en esos términos. Tenía que mantener las distancias. De lo contrario, empeoraría un poco más las cosas. Los sentimientos complicaban las relaciones y ya tenía más sentimientos de lo que estaba dispuesto a admitir. Su relación con SeokJin no se parecía nada a las que había tenido hasta entonces. Era completamente distinta. Razón de más para apartarse de el.

Intentó recordar cuándo había sido la última vez que había dormido con uno de sus amantes. Desde luego, no había sido en aquella casa, donde solo llevaba unos cuantos meses. Y nunca había vivido con Lydia, aunque ella había intentado marcharse a vivir con él.

Entró en el despacho, se sentó y suspiró. Durante las seis semanas siguientes, haría todo lo posible por mantener su relación con Jin en un terreno estrictamente platónico pero ¿cómo era posible que quisiera acostarse con un doncel embarazado? ¿Por qué le parecía tan sexy? ¿Por qué no podía dejar de pensar en los cambios que estaba experimentando su cuerpo? Unos cambios que había provocado él.

Desesperado, clavó la vista en la fotografía enmarcada de su familia. La habían sacado días antes de que Jackson falleciera. Él estaba abrazado a su hermano, con su madre y su padre en los extremos y todo el mundo sonreía, incluso Jackson.

NamJoon se preguntó si sería capaz
alguna vez de mirar la foto sin sentirse
culpable; culpable y enfadado por no haberse esforzado más por ayudar a su hermano pequeño. Sus padres habían estado muchos años sin volver a sonreír pero cabía la posibilidad de que el embarazo de SeokJin lo cambiara todo. Cabía la posibilidad de que su primer nieto borrara las penas del pasado.

Cuando Jin se despertó, tardó en recordar dónde estaba. El sol de la mañana iluminaba la habitación y el se desperezó como un gato contra los suaves cojines. Era domingo, así que no tenía prisa por levantarse pero quedarse en la cama habría resultado mucho más tentador si Nam hubiera estado con el.

Justo entonces, se acordó de que le había oído subir al piso de arriba y entrar en su habitación a altas horas de la madrugada. ¿Nunca dormía más de tres o cuatro horas? Fuera como fuera, Namjoon llamó a la puerta en ese momento y el se sentó en la cama.

-Adelante. Él entró en la habitación con una bandeja en la mano.

-Buenos días. Te traigo un té y unas tostadas.

-Magnifico. Hace años que no desayuno en la cama. NamJoon se acercó a el y tras desplegar las patas de la bandeja, se la puso encima. Ahora estaban tan cerca que podía oler el champú con el que se había lavado la cabeza y su alimonada loción de afeitar, sonriendo.

-Hasta ahora, bien. A veces tengo
¿Qué tal estás? preguntó él, náuseas cuando me levanto. -Pues quédate donde estás. SeokJin alcanzó el té y bebió un poco.

-Mmm... está buenísimo. ¿Cómo
sabías que me gusta sola
Él le Miró sabías que me gusta solo? Él lo miró con sorna.

-Creo estar seguro de que, a lo largo de los años, tus padres me han contado todo lo que se puede saber de ti. SeokJin pensó que no era del todo cierto: sus padres no sabían nada sobre su primera experiencia sexual, así que no se lo podían contar a nadie. Hoseok era la única persona a la que se lo había dicho. Era un recuerdo que le avergonzaba. No quería ni pensar en los horribles rumores que habían extendido sobre el en el instituto.

un encuentro apasionado ♡NAMJIN♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora