CAPITULO 9

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Cuando llegó el fin de semana, SeokJin casi se había convencido a sí mismo de que su relación con NamJoon era tan normal como la de cualquier pareja de enamorados. Casi.

Salieron de Londres el viernes por la tarde, tras hacer el equipaje y guardarlo en el maletero del coche. Jin no sabía adónde iban y dos horas más tarde se encontró en una impresionante mansión de estilo georgiano que estaba a pocos kilómetros de un pequeño pueblo. Era evidente que la acababan de renovar, porque el césped del jardín aún mostraba las huellas de las botas de los obreros, las escaleras de mano y otros objetos parecidos pero, aunque el sol se estaba poniendo y no había demasiada luz, Jin se dio cuenta de que el abandonado jardín tenía mucho potencial.

Había rosas por todas partes. La hiedra y la fragante madreselva se encaramaban por uno de los muros de piedra y, entre las losetas del camino que llevaba a la puerta principal, brotaban flores blancas y moradas.

-Este lugar es precioso-dijo el mientras se bajaba del coche. ¿Es tuyo?

-Si. ¿Te gusta?

-Me encanta. SeokJin respiró hondo y suspiró al notar maravilloso aroma. salido de un cuento el Guau. Parece continuó. -No me extrañaría que hubiera hadas en la parte más asilvestrada del jardín. NamJoon lo tomó de la mano.

-Ven conmigo. Te lo enseñaré. Nam lo llevó hasta la puerta de la mansión, con cuidado de que no tropezara con alguna de las resquebrajadas losetas.

-La compré hace tiempo. He estado viniendo de vez en cuando para ayudar en las reparaciones. Me gusta hacer el trabajo con mis propias manos.

-Pues habrá salido bien, porque eres muy bueno con ellas. Lo sé por experiencia. -NamJoon sonrió. -Ah, cuidado con el escalón de la entradale advirtió. Está tan viejo que tenía intención de cambiarlo pero lo dejé porque me gusta la idea de que se haya desgastado con el paso de los años.

SeokJin estaba cada vez más convencido de que Nam era un romántico. Todos sus diseños eran respetuosos con la historia de los edificios en los que trabajaba y si tenía que incorporar elementos modernos, lo hacía con sutileza, como en su casa de Notting Hill. Pensándolo bien, hasta su empeño en casarse con el por sentido de la responsabilidad demostraba que era un hombre de fuertes valores. NamJoon abrió la puerta, lo llevó al
interior y encendió la luz. Los colores del vestíbulo eran claros, lo cual contribuía a que fuera más luminoso. Los muebles eran una mezcla de estilos antiguos y modernos y SeokJin se preguntó si los habría elegido él mismo o habría contratado a un decorador de interiores pero supuso que sabría bastante de decoración, porque dirigía un despacho de arquitectura.

-Tienes un gusto excelente dijo,

echando un vistazo. ¿O lo decoró otra persona? -Nam se dio cuenta de que la alfombra tenía una pequeña arruga y la alisó con el pie. -Utilizo una diseñadora de vez en cuando admitió él. Sabe escuchar,
y comprende mis necesidades. -Jin
sufrió un súbito ataque de celos, que lo llevó a decir:

-¿Solo la utilizas para eso? ÉI frunció el ceño.

-¿Cómo? Jin deseó no haber
dicho nada. Le dio la espalda y pasó la mano por una preciosa mesa de nogal.

-Nada, olvídalo. Él se le acercó por detrás, le puso las manos en los hombros y lo giró.

-Escúchame, SeokJin dijo con firmeza. Estoy completamente comprometido con nuestra relación.

No te preocupes por el resto de las personas. Ni siquiera los miro. El se mordió el labio.

-Discúlpame. Es que me siento un poco inseguro declaró. Pero ¿cómo puedes estar seguro de que no te enamorarás de otra persona?

un encuentro apasionado ♡NAMJIN♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora