Capítulo 3

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-Espera un momento.

Alzo una mano a la altura de mi hombro. El albino alza una ceja confundido.

>> Te mudas a mi casa- señalo a mi alrededor extendiendo las manos a los lados-, ¿así como así?

>>¿Y qué significa que te asignaron a mí?

El cupido hace una mueca de sorpresa con sus labios entreabiertos, aunque parece más un gesto que une desagrado con sorpresa...

-Sí que eres densa.

-¡Oye! -me quejo y me cruzo de brazos- ¡Fue sólo una pregunta! -gruño- Ugh, juro que te daré un golpe si vuelves a insultarme.

El albino simplemente se echa a reír. Su nuca se acomoda sobre el final del espaldar del sofá por la carcajada que lanza.

-Heh puedes intentarlo -dice y se encoge de hombros con una sonrisa arrogante-, pero no podrás tocarme.

-Ha ha, muy gracioso-digo entornando los ojos-, te he tocado antes cuando estaba a punto de caer. ¿No es así?

Finalizo con una ceja alzada y una sonrisa confiada.

-Hmp -ríe entre dientes-, adelante.

Ruedo los ojos antes de extender la mano para tocar su hombro. El albino se ríe nuevamente cuando frunzo el ceño. ¿Qué demonios? Mi mano está siendo retenida por una tensión invisible que me impide tocarlo.

-Te lo dije~ -se burla el de cabellos blancos cuando retraigo mi mano.

-Sé que te toqué antes... -comento incómoda-, ¿qué eres? ¿Una especie de fantasma?

Pregunto alejándome de él, cupido niega.

-No digas tonterías- se levanta del sofá y se estira un poco-, es una habilidad que tengo, forma parte de mis poderes.

-Ooh- me sorprendo, eso realmente suena genial.- ¡Pero te toqué! -exclamo alzando un dedo para señalarlo.

-Sí sí- se encoge de hombros-, es algo que decido a voluntad, ¿a poco creíste que iba a dejar que me golpearas? ¡HA!

Se burla de mi y gruño, poniéndome de pie frente a él.

-Eres odioso.

-Hmm- se ríe entre dientes-, todavía estoy mosqueado contigo, ha~ ya se me pasará.

Comenta con una sonrisa autosuficiente. No lo puedo creer, parpadeo un par de veces antes de chasquear la lengua. ¿Y se supone que éste cupido me va a ayudar?

Qué mala suerte.

-Tsk, sígueme, aquí tengo una habitación -le digo malhumorada, mientras salgo de mi pequeño living al pequeño pasillo que tiene tres puertas, la del baño y otras dos habitaciones.

>>Y te agradecería si me explicas de qué se trata todo este "acuerdo" o lo que sea que signifique tu supuesta ayuda.

Cupido ríe a mis espaldas y me giro para abrir la puerta.

>>Te aviso que sólo tengo una tumbona, uso esta habitación para guardar mis maletas.

-Me gustaría que tu corazón estuviera así de vacío, pero me temo que no todo es como uno quiere -comenta ganándose una mirada de sorpresa de mi parte.

¿Qué quiere decir con eso?

>>Meh~ supongo que estará bien. No es que esté planeando quedarme por mucho tiempo.

Cupido aplaude y en ese instante, la habitación está equipada con una cama grande, la tumbona ya no está y en su lugar hay un pequeño escritorio. Mis maletas siguen en una esquina, junto con sus maletas.

Viviendo con Cupido (Satoru x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora