Kyung-mi, una diosa que siempre ha soñado con tener una vida normal, poder convivir con los humanos, poder tener amigos y divertirse.
Después de años de insistencia en querer bajar al mundo de los humanos... Su deseo es cumplido. Conociendo a 7 chic...
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— Te ves muy linda, Kyung-mi. —dijo Sunoo.—
— G-Gracias. Tú también te ves muy bien. —agradeció. Su rostro se encontraba completamente sonrojado.— U-Ustedes también se ven muy bien, tienen un gran estilo.
— Gracias. —agradecieron todos, un poco avergonzados.—
— Me siento feliz de que me hayan invitado.
— ¡Nosotros estamos felices que hayas aceptado venir con nosotros! Vamos por unos helados, y a dar un par de vueltas, ¿te parece? ¿Cuál es tu lugar favorito de la Plaza?
— ¿Mi lugar favorito...?
— ¡Sí! A dónde más te gusta ir cuando vienes aquí.
— Oh... Siendo sincera. Está es mi primera vez aquí.
— ¡¿Tu primera vez en la Plaza, en serio?!
— Sunoo, no grites. —regañó Jay.— Vas a poner nerviosa a Kyung-mi.
— Sí. Además, no tiene nada de malo que sea su primera vez aquí en está Plaza. Es mejor, podemos enseñarle los lugares y así la pasaremos mejor. —habló Jungwon.—
— Oh, es verdad. Lo siento, Kyung-mi. —se disculpó Sunoo.—
— ¡N-No te preocupes!
— ¿No eres de está cuidad? —preguntó Sunghoon.—
— Oh...
El silencio se hizo presente, Kyung-mi no sabía qué responder. No podía decirles de repente que prácticamente venía de otro mundo, y que en realidad es una Diosa.
Eso sería raro, y probablemente no lo creerían.
— Yo... Bueno, algo así. Soy de otra ciudad. No sé mucho, mi padres no me dejaban salir para nada, y tengo recuerdos bastantes borrosos.
— Ya veo...
Ninguno de los siete quería preguntar más, ya que parecía ser un tema sensible y no quería incomodar a Kyung-mi. Habían venido a divertirse.
Tal como dijeron. Primero fueron por los helados, cada uno eligió su sabor favorito. Kyung-mi escogió el sabor de fresa, ya que le llamaba la atención que la mayoría de las personas alrededor habían escogido el mismo sabor, ¿por qué ella no probarlo?
En los ojos de Kyung-mi se creo un brillo muy lindo, y una gran sonrisa de emoción se instaló en su rostro. Dejando a los siete chicos algo confundidos, pero no le tomaron importancia, al contrario sonrieron al ver a Kyung-mi, se veía algo tierna a los ojos de aquellos chicos.
Empezaron a dar un recorrido a la plaza. Sunoo fue el encargado de dar el recorrido a la chica en el Colegio, y en está ocasión, también era así. Sunoo iba señalando partes de la gran plaza, diciendo sus nombres, mientras que Kyung-mi lo escuchaba con mucha atención.
