Kyung-mi, una diosa que siempre ha soñado con tener una vida normal, poder convivir con los humanos, poder tener amigos y divertirse.
Después de años de insistencia en querer bajar al mundo de los humanos... Su deseo es cumplido. Conociendo a 7 chic...
𝐀 𝐍𝐎𝐑𝐌𝐀𝐋 𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐄𝐍 ↴ ❝COMIENZA EL "JUEGO"❞.
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Una vez frente al salón de clases de Kyung-mi, Sunoo se despidió alegremente de ella, para luego irse a su salón.
Kyung-mi abrió la puerta del salón, ganándose las miradas de sus compañeras, pero ella simplemente ignoró eso, ya que pasaba siempre, no sólo con ella, también cuando alguien más entraba al salón volteaban a mirarlo, pensaba que era normal. Caminó hasta su asiento, saludando a Hee, para luego sentarse.
Pasaron alrededor de una media hora, y no había señal de la profesora.
— ¿Y la maestra? —preguntó, una de sus compañeras.—
— Los profesores tienen una reunión, por lo cual tardarán un poco en venir. —respondió, otro compañero, mientras comía un par de galletas.—
Después de aquellas palabras, el ruido se hizo presente. Todos se levantaron de sus asientos, yendo con sus amigos, otros al baño, y otros a alguna parte del Colegio. Heeseung e Kyung-mi empezaron a conversar un poco, para después de un rato el chico sacará su celular, empezando a jugar, el mismo juego que jugó aquella noche en la que se quedó en la habitación de Kyung-mi cuidandola. Kyung-mi observaba como jugaba Heeseung, él era muy bueno. Después de un rato se les sumó Riki, él cual agarró su silla, colocándola a un lado de Heeseung, para sentarse, empezando a jugar con su celular.
— ¿Tú no juegas, Kyung-mi? —preguntó Riki.—
— No sé jugar. —respondió, en un tono nervioso, mientras rascaba suavemente su mejilla.—
— ¿En serio? Si deseas te podemos enseñar
— Eso me encantaría. —dijo, con una sonrisa.—
Ambos chicos empezaron a explicarle un poco de que iba el juego, y como se utilizaba cada cosa, entre otras cosas. La chica escuchaba atentamente, le estaba empezando a llamar mucho la atención el juego, e incluso, Heeseung le prestó su celular para que pudiera jugar, siendo felicitada por el mismo chico, diciéndole que era buena para ser principiante.
— ¿Vas a algún lado? —preguntó Heeseung a Kyung-mi.—
— Iré por unas bebidas, ¿ustedes desean?
— No gracias, yo estoy bien. —respondió Riki.—
— Yo también estoy bien, gracias Kyung-mi. —respondió Heeseung con una pequeña sonrisa.—
— Está bien, ya regresó.
— Sí. —dijeron, ambos chicos al mismo tiempo.—
La Diosa salió del salón de clases, empezando a caminar hacia una máquina expendedora que quedaba cerca. Desde lejos pudo visualizar a un chico alto, pelinegro, él cual se agachó para poder agarrar la lata de la bebida. Al acercarse por completo, se dio cuenta que no era más ni nada menos que...
