9. Me estoy empezando a...

64 5 1
                                    

NARRA ERIS

Maldito seas Poe Verne. Y maldita sea esa sonrisa tuya de cazador.

Eso, disfruta mientras puedas mientras yo me quedo aquí sola mordiéndome las mejillas para no saltar detrás tuyo y cortarte el cuello por provocarme así.

—¿Estás bien?

No sé cuánto tiempo ha pasado para que éste vuelva ahora y ni siquiera me haya dado cuenta.

Lo miro y me sorprendo al ver que Damián Fox ha cambiado su cazadora negra por una sudadera del mismo color y sin camiseta debajo. ¿Quién es éste? ¿Acaso lo han abducido los extraterrestres?

—Sí... —respondo con brevedad.

Se acerca.

Su mano se junta con la mía.

Me quedo quieta porque viniendo de él y su actitud de «vivo a un palo en el culo pegado, digo, empalado» es muy muy pero que muy raro de presenciar.

Cuando me besa no sé ni qué hacer con las manos.

En serio, ¿¡aprisionada contra la pared dos veces en un mismo día y sin ser una presa!? ¿Qué coño me pasa hoy? ¿Por qué no soy capaz de abofetearlos a ambos? Y lo más importante, ¿qué comen estos chicos para que su torso se note tan esculpido al tacto sobre la ropa y tan inexistente bajo el escrutinio de la mirada más rapaz del planeta?

—Mucho mejor así, Eris... ¿no crees? —Susurra en mi oreja derecha.

—No sé pero me estoy empezando a indignar de que me dejéis la ropa puesta.

Ignoro su entrecejo fruncido y lo beso.

Él no se aparta de inmediato, y cuando al fin lo hace y no profundiza en el beso se aleja mirándome y penetrándome con la mirada.

—Prepárate para esta noche. Hay una pequeña exhibición —grita en medio del pasillo. A unos quinientos metros de mí.

























Uy, la cosa se está poniendo calentita. ¿Qué piensas? ¿Crees que Damián siente algo o que está jugando como suele hacer?

POE VERNE, ¡DÉJAME!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora