Anko

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Me desperté en la cama más blandita en la que había dormido en toda mi vida, las sábanas y el edredón eran de un blanco nuclear impoluto, me giré a la parte contraria de la cama buscando a Nico, pero no encontré nada, sólo un vacío en el hueco donde debería estar, de pronto, sentí que alguien me lamía la oreja, me volví riéndome

- Nico, ¿qué haces?

Pero no estaba Nico, donde debería estar había una bola de pelo, mirándome con unos ojitos que podrían pedirme mi alma y no me podría negar.

Por fin, Nico entró por la puerta riéndose

- ¿Te ha gustado la sorpresa, TS?

- ¡¿Qué si me ha gustado?!

Lo dije súper enfadada, y por un momento vi los ojos de Nico apagarse con mi comentario, parecía que habían perdido toda la diversión y guasa de repente

Alcé al perrito en brazos y luego lo abracé con muchísimas ganas

- ¡ME ENCANTAAAA!

Nico puso una sonrisa de alivio que me dio un subidón de energía tremendo

- Me alegra que te guste, por un momento pensé que estabas enfadada de verdad

- ¿En serio? ¿Cómo puedes pensar que no me iba a gustar? es el cachorrito más mono y peludito del mundo

- Se llama Anko

- ¿Anko?

- Es el nombre que le pusieron sus antiguos dueños, según google, es un tipo de dulce japonés, personalmente, creo que le da al pego perfectamente

- ¿Quién es el perrito más mono del mundo? ¿Quién lo es? ¡Claro que tú!

Me puse a hacerle cuquerías a Anko poniendo una voz aguda e infantil, Nico me miró como si no tuviera salvación, se quedó un buen rato contemplándome con Anko, y después de un largo cacho me dijo:

- ¿Te apetece ir a desayunar algo?

Evidentemente le dije que sí, atamos a Anko con una correa, lo que no nos llevó nada de tiempo, porque era súper tranquilo, apenas estaba inquieto para ser un cachorro, y tenía unos ojos de buenazo adorables, en seguida me di cuenta de que seguramente sería el típico perro noble y leal de mayor que suele estar tranquilo por casa.

Entramos en una cafetería especializada en desayunos, y ambos nos pedimos unas tortitas, tenía muchísimas ganas de probar las de Estados Unidos, porque aunque sigas la misma receta, no es lo mismo comerlas en España que en el país donde las veneran como el mejor desayuno.

Estaban deliciosas, se derretían en la boca, y yo las había pedido con Nutella que se había derretido con el calor de las tortitas, para beber, Nico se había pedido un chocolate caliente, y yo un batido verde con un montón de cosas vegetales, nunca lo había probado, pero se lo había visto a los de la otra mesa y me apetecía probarlo, por suerte, acerté, puesto que estaba riquísimo.

Cuando hube saciado mi hambre so suficiente, abrí la boca, cómo no, para sacarme algunas dudas de la cabeza

- ¿Qué le pasó a Anko para acabar en la perrera?

- Me dijeron que lo encontraron en la calle, dentro de una caja, metido en un saco y con serios golpes en todo el cuerpo, según los de la perrera costó mucho que se recuperase, y, aunque mucha gente quería adoptarlo porque es un cachorro, cuando descubrían cómo llegó nunca lo adoptaban, porque en vez de echarle la culpa a los dueños, decían que algo malo había que tener hecho para que lo abandonaran así

- -¡ESO ES INJUSTO! ¡SEGURAMENTE ES EL PERRO MÁS BUENO QUE HE CONOCIDO EN MI VIDA!

- Lo sé, pero ya sabes lo cruel que puede ser la vida

Me resigné, me daba demasiada pena aquella situación, pero no podía hacer absolutamente nada, excepto darle a Anko todo el cariño que se merecía

Hola!!! He estado mirando la interacción y me he dado cuenta de que ha habido un pico enorme de visualizaciones, que vuelo a decir, para vosotros será poco, pero para mí es mucho, además he visto que tenemos ya 3 lectores comprometidos, creo que es el récord, sobre todo teniendo en cuenta que venimos de que esta historia no ha tenido ninguno este último mes. Os quieroooo

(m sigo sin creer que en la otra historia haya tanta gente y en esta tan poca)

3 chicos y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora