Invisible String | Jercy

La sangre del Olimpo.

Esta es la útlima parte de basada directamente en la saga de Héroes del Olimpo. A partir del siguiente capítulos tendremos devuelta a los muertos y con ellos un divertido caos en el campamento. ¡Que viva el amor!

Disfruten la lectura <3

En ítaca, Jason había resultado gravemente herido por un arma de oro imperial, pero no fue lo peor a lo que tuvo que enfrentarse en la casa de Odiseo. Su madre apareció frente a él como una manía, intentando hacerle dudar de sus convicciones. Aunque parecía la misma mujer que le había abandonado en el bosque de Sonoma cuando tenía tan solo 2 años, sabía que no era ella. Las palabras del viento del sur volvieron a su mente con la brisa, como si le susurraran al oído. "No puedes tener control sobre tu familia, pero puedes elegir tu legado". Jason ya había tomado sus decisiones, había encontrado no sólo un lugar a donde pertenecer, sino dos, y lucharía por ello con su vida.

—Abrázame, hijo. Soy lo único que tienes.

—No —dijo con voz ronca. —Mis lealtades han cambiado. Mi familia ha aumentado. Soy hijo de Grecia y de Roma, ya no soy hijo tuyo.

Annabeth, Jason y Piper salieron de ahí con vida para transmitirle la información que habían obtenido en su misión, omitiendo la dulce orden de Hera a Jason acerca de no morir pues parecía algo obvio. Jason agradecía que todos estuviesen preocupados por él, pero con el paso de los días se estaba cansando de sentirse completamente inútil dentro de la tripulación. Quería ayudar, aún si apenas podía moverse, pero para casi todos los semidioses parecía ser un jarrón de cristal que debían evitar romper. Casi todos, por fortuna, pues Percy Jackson era lo bastante irracional como para pedir su ayuda cuando una tormenta en medio del océano estaba a punto de destrozar el Argo II con todos a bordo.

Lo miró luchando con la tormenta junto al mástil, con el cabello húmedo pegado a su rostro y la ropa hecha un desastre por la violenta marea que estaba tratando de detener. Su imagen era digna de un dios en ese momento, combatiendo la tempestad y tratando de desviar las monstruosas olas que insistían en hundirlos. El hijo de Poseidón le saludó como si estuviesen en una tarde de picnic, como si las vidas de todos a bordo no dependieran del único capaz de controlar el mar. Afortunadamente, Jason era capaz de hacer suyos los vientos, así que cargaron juntos con ese peso y el hijo de Zeus se tiró al océano detrás del azabache sin pensarlo dos veces. Si era junto a Percy, Jason se tiraría directo al vacío sin mirar las veces que él se lo pidiese.

El secreto de lo que sucedió ahí abajo se lo llevarían a la tumba, pues el orgullo del hijo de Poseidón había quedado herido al ser salvado debajo del mar por el hijo de Zeus, quien claramente no respiraba bajo el agua ni contaba con ninguna ventaja que no fuera su impecable habilidad diplomática, que contrastaba la imprudencia e insolencia de Percy. Aún así, no podía estar más agradecido con él, y feliz de ver que al parecer la herida de Jason ya no intentaba asesinarlo.

Pero no todo podían ser buenas noticias. Era una de las líneas de la profecía lo que los tenía sumamente inquietos, una verdad absoluta que no podían evadir. "Bajo la tormenta o el fuego, el mundo debe caer". Todos sabían lo que aquello significaba, Percy no había parado de darle vueltas al asunto. No quería perder a ninguno de sus amigos, pero para él era claro que Jason jamás permitiría que Leo se sacrificara en su lugar, y ese simple pensamiento tenía su corazón hecho añicos. No quería elegir entre uno y otro, odiaba la estúpida profecía, ¿por qué no podía ser él en su lugar? Jason era consciente de ello también, y quizá esa era la razón por la que ninguno de los dos había hablado de sus sentimientos, ninguno quería aferrarse a algo que no podrían tener. El amor no es justo, y ambos lo sabían.