15) Cachorros y verdades

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Adery:

Después del día de la fiesta todo ha ido bien con Logan, aunque mis padres aún no lo saben, y no creo que estén de acuerdo si se enteran.

No los entiendo, cuando estaba deprimida por la muerte de Elliott me pedían que saliera adelante, decían que debia seguir con mi vida, aunque él ya no estuviera.

Y aún me duele su partida, realmente creo que es algo que jamas dejara de doler del todo, pero después de esos meses grises en los que nada tenía sentido puedo ver un poco de luz.

Logan ha tomado cada uno de los pedazos de mi corazón y los ha estado uniendo uno a uno, aún hay unos cuantos desperdigados, son las partes más dolorosas, pero ya son menos, ya duele menos.

Si mis padres y todas las personas que no nos quieren ver juntos lo supieran podrian entenderme.

Bajo de la cama y mi pulso se acelera de manera errática, siento como si el aire abandonara mis pulmones poco a poco por lo que vuelvo a sentarme.

Lleva una semana pasándome así que ya se como controlarlo; respiro profundo, inhalando y exhalando para recuperar el aire pero en vez de mejorar siento como una corriente eléctrica me atraviesa el pecho ¿que es esto? Aprieto las sábanas en un puño.

Escucho unos golpecitos en la puerta de mi habitación y posteriormente veo la puerta abrirse.

Eidan se queda paralizado un segundo y luego se arrodilla frente a mí.

— ¿Que te pasa? ¿Que tienes?

—No lo sé...

—Voy a llamar a papá— Intenta levantarse pero lo retengo con una mano en su hombro.

— No... solo dame las pastillas. — veo la indecisión y el miedo en sus ojos — e-estoy bien...

Se acerca corriendo a la mesita de noche, destapa el frasco con manos temblorosas y regresa igual de rápido, vuelve a arrodillarse y mete la pastilla en mi boca para luego acercar el vaso de agua.

— Ya esta, ya esta. Todo estará bien, sí, todo estará bien.— repite y se que es mas para tratar de creérselo él— Ven aquí, con tu hermano.— se sienta a mi lado rodeando mis hombros en un abrazo.

Siento el dolor y los temblores desaparecer poco a poco al mismo tiempo que el aire va regresando a mis pulmones.

—¿Éstas mejor?

— Sí, gracias.

—Shhh, eres mi hermanita, estaré siempre que me necesites.

—Soy mayor que tú ¿lo recuerdas?

— Eso no tiene importancia.

Los dos nos quedamos callados unos segundos más, esperando que desaparezca el miedo del momento.

— No es la primera vez que te pasa ¿no es así?— niego — ¿Por qué no me habías dicho?

— Porque no creí que fuera grave, y... no quería que te preocuparas.

— ¿Es en serio? Adery soy tu hermano, hemos vivido esto muchas veces en el pasado, no sabes el miedo que sentí al verte así.— puedo sentir el miedo aún en su voz y en sus manos temblorosas.

— Lo siento.

— Tenemos que decirle a papá y mamá, lo sabes ¿no?

— Yo...— titubeo, porque se que no estará de acuerdo— No quiero que se pongan igual de histéricos que la última vez, estoy segura que esto es algo temporal.

— Su reacción estuvo justificada, incluso yo tenía miedo en aquel entonces de que no resistieras.

Cuando Elliott murió mi reacción no fue la mejor, lo tome de la peor manera posible, me dió un ataque de pánico y eso sumado a... mi enfermedad en el corazón... casi me mata. Estuvieron a punto de ponerme un marcapasos ya que a mi corazón no le sentó nada bien la noticia pero por suerte lo supere. Cuando tienes personas que te aman debes intentarlo aunque sea por ellos, y eso hice.

Cuando la Última Estrella Muera (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora