3)Un mundo donde no hay dolor

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Adery:

Hoy es el partido del equipo de Eidan con el equipo de otra escuela, así que aquí estamos Lili y yo, caminando entre la multitud de personas que grita y silva como loca para hacernos un lugar en las gradas.

Una mano cálida envuelve la mía, entonces es cuando veo la pulsera en su muñeca, es... El.

Él se detiene y luego se vuelve hacía mí, con esa sonrisa en su rostro que tanto amo y sus ojos tan verdes como la primavera.

Levanto mi mano y acaricio su mejilla

-Te he extrañado tanto...-le digo, con mis ojos escociendo por las lágrimas que estoy reteniendo.

-Aquí estoy amor.

Luego todo se desvanece, dejándome sin nada de nuevo.

Todo el ruido de la gente vuelve a abrumarme y noto la mano de Lili tirando de la mía.

El dolor en mi pecho no me deja seguirla y suelto su mano para caminar en dirección contraria y salir de aquí.

-Addy ¿qué pasa? – pregunta, agarrándome del brazo- ¿A dónde vas?

Trato de ocultar las ganas de echarme a llorar aquí mismo y sonrió un poco antes de volverme hacía ella.

-Necesito tomar aire, busca los lugares y ahora vuelvo.

-Pero-

No le doy tiempo a protestar y me encamino a los patios traseros de la escuela, cuando llego me recuesto en un árbol y me dejo caer hasta quedar sentada sobre el césped, abrazando mis piernas hasta pegarlas a mi pecho, como si así pudiera mantener mis pedazos en su lugar.

Lo confundí todo, él no estaba ahí, pero yo lo vi... no parecía tan real, tenía la pulsera con el dije en forma de libro que le regale, no puede ser que me lo haya imaginado todo...

- ¿Adery? ¿Qué haces ahí? -me tenso al instante, porque pensé todos estarían en el partido y que estaría sola aquí.

Al levantar la mirada veo a Logan de pie frente a mí, yo me levanto y meto mis manos en mis bolsillos.

-Vine a tomar un poco de aire.

-Pero estás pálida, parece que viste un fantasma.

El fantasma más hermoso de todos...

-Estoy bien- entonces recuerdo algo - ¿Recuerdas que me dijiste que estabas en deuda conmigo y que querías compensarme?

-Sí, pero dijiste que no querías que hiciera nada por ti. - dice, entrecerrando los ojos.

-Solo es un favor pequeño, no he traído coche y quiero irme.

-¿Por qué quieres irte? Tengo entendido que no te pierdes los partidos de tu hermano.

-Solo no me siento bien, pero si no puedes llevarme está bien, iré andando.

-No, no es necesario, yo puedo llevarte.

Y sin hacer más preguntas-cosa que agradezco-salimos de ahí.

- ¿A dónde vamos? - me pregunta.

-Puedes dejarme donde sea, no tengo un lugar específico en la cabeza. Luego puedes irte a ver el partido.

-Na, esas cosas no me interesan. Además, tengo el lugar perfecto al que ir.

-Vale.

Luego de conducir por un buen rato se detiene frente a una gran verja negra que se abre después de introducir un código. Entramos y él aparca junto a otros dos autos más.

Cuando la Última Estrella Muera (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora