(¡ESTA ES UNA SECUELA! Lee primero el primer libro de la serie: Dagger From the Mirror)
El plan del Kraang funcionó. Aunque tres de las tortugas que habían sido controladas mentalmente se salvaron, Leo no. Con su ayuda, los Kraang pudieron secuestra...
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Una vez que se completó el boceto final, en Nuevo Donnie recogió el papel y lo examinó detenidamente. El dibujo del evaporador Kraang fue la última tarea que él tuvo que completar, dejando a Donatello para terminar el último de los respiradores. Eran sólo las 2 de la madrugada, así que estaban avanzando a buen ritmo... Donatello probablemente terminaría en la siguiente media hora.
-Sólo tengo que terminar de asegurar los filtros -le dijo Donatello al Nuevo Donnie después de ofrecerse a ayudarlo. Él lo despidió-. Ve y dale una foto a Mini Mikey y a Cass; es posible que todavía estén despiertos. Terminaré aquí y tomaré una siesta rápida. Deberíamos poder salir a las 4.
El Nuevo Donnie asintió y salió del cobertizo después de eso. Normalmente, se opondría duramente a la idea de dejar que Donatello terminara el trabajo él mismo. Él era Donnie y sabía que era un obsesivo del control. Pero los respiradores ya estaban terminados en su mayor parte, y asegurar los filtros era uno de esos trabajos en los que agregar una persona extra sería más un obstáculo que una ayuda.
Así que se fue a la granja.
El Nuevo Donnie abrió la puerta con cuidado, haciendo una mueca por lo fuerte que chirrió en respuesta. Decidió que engrasaría esas bisagras primero después de la Dimensión X. La sala de estar era el primero en su lista de destinos. Cassandra había reclamado el sofá de la sala de estar mientras su hermano mayor se había sentado en el suelo junto a él, pero el Nuevo Donnie se sorprendió al encontrar tanto el sofá como la pila de mantas vacías, sin Cassandra ni su hermano a la vista.
-Que Extraño -murmuró el Nuevo Donnie, pero se encogió de hombros y se dirigió hacia las escaleras. Dondequiera que se hubiera dirigido Cassandra no era asunto suyo, y el Nuevo Rafa era lo suficientemente inteligente como para saber que no debía alejarse demasiado antes de una gran misión. Simplemente le daría el papel al Pequeño Mikey y le diría que se lo mostrara a Cass antes de llegar al laboratorio. No es la gran cosa.
Se estremeció al pasar por el baño, con la ventana abierta de par en par.
Subiendo las escaleras con todo el sigilo que exigían sus instintos, Donnie se acercó al dormitorio de invitados que compartían los Mikey. Golpeó tres veces con los nudillos, con cuidado de mantener los golpes suaves. Cuando nadie respondió, abrió un poco la puerta y miró dentro.
-¿Mikey? -Susurró, parpadeando y deseando que sus ojos se adaptaran a la oscuridad- ¿Michael? ¿Estás despierto?
-Urghhhh, ¿qué-? -Una cabeza verde apareció de debajo de la manta, con los ojos entrecerrados y abrumados por el sueño. La luz se reflejaba en el azul de sus ojos y en el color lima de su piel, por lo que el Nuevo Donnie supo instantáneamente que Mikey se había equivocado al responder. El saco de dormir al lado de la cama, en el que se turnaban para dormir, estaba vacío.
-¿Dónde está el pequeño Mikey? -El Nuevo Donnie le susurró a Miguel Ángel, quien claramente estaba medio dormido y por quien Donnie se sentía un poco culpable por despertarlo. Miguel Ángel se encogió de hombros y se puso una almohada en la cabeza.