❝ Lights, Camera, Action ━ SAHYO | adaptación & traducción. ❞

24: Out In The Open.

No filmaron durante los siguientes días, un descanso que JiHyo consideró increíblemente necesario. Pero incluso sin Sana en la habitación, la muñeca Barbie no podía deshacerse del toque de la mujer. Su piel estaba atormentada por las huellas de las manos de la chica de ojos azules. Su mente era como un disco rayado, las palabras de Sana se repetían en su cabeza.

—Recuerdo todo sobre ti.

¿Qué significaba eso?

¿O no significó nada en absoluto?

JiHyo siempre había visto a Sana como alguien que usaba a las personas y las desechaba. Siempre había oído historias de cómo la mujer de ojos azules saltaba de cama en cama, había visto de primera mano cómo encantaba a las chicas y las desechaba. Todos los que habían estado en el negocio por un tiempo la amaban y amaban siempre que podían ser el centro de su atención, pero sabían que no debían enamorarse sinceramente de ella.

Sana tenía chicas esperándola en cada ciudad, listas para correr a sus brazos tan pronto como chasqueara los dedos. Libres de vergüenza, dejarían todo incluso por un minuto de la atención de la chica de ojos azules, y Sana era del tipo que disfrutaría de ello. Era algo por lo que JiHyo la odiaba intensamente y odiaba verlo cada vez que asistían a los mismos eventos. La chica hizo promesas vacías y se fue, al menos según las historias que JiHyo había escuchado. Tan pronto como las cosas se pusieron serias, Sana se fue.

Y todo eso ahora asustaba a JiHyo.

Porque a JiHyo empezaba a gustarle mucho la persona que Sana era detrás de toda esa arrogancia y sarcasmo.

La persona que se puso nerviosa y tropezó con un simple cumplido.

La persona que se llevaría a JiHyo y la besaría en la frente.

La persona que se detenía para preguntar si todo estaba bien.

Esa persona era alguien de quien JiHyo podía imaginarse enamorándose.

Sintió una lágrima rodar por su mejilla, maldiciendo su corazón por apegarse. Sana se iría pronto; después de todo, casi habían terminado de filmar. Pero aquí estaba JiHyo, enamorándose perdidamente de alguien que nunca sentiría lo mismo.

—Pero ¿y si ella pudiera? — Preguntó una voz en la cabeza de JiHyo.

Era una pregunta peligrosa.

Una pregunta que quemó a la gente.

Una pregunta que JiHyo estaba segura de que innumerables conquistas de Sana se habían hecho antes. Pero JiHyo no pudo evitar considerarlo después de todo lo sucedido durante los últimos días. Estaba aferrándose a un clavo ardiendo, pero no podía evitarlo. Era tan tonta como los recién llegados que inocentemente se enamoraban de los halagos de Sana sin esperanza de liberarse del apego.

Debería tirarlo todo a la basura, olvidar las palabras de Sana y concentrarse en terminar el trabajo juntas. Pero no había esperanza, su corazón se apretaba dolorosamente por lo que le esperaba una vez que terminaran. La idea de Sana en los brazos de otra persona, la idea de que la atención de Sana estuviera dirigida hacia otra persona, la idea de Sana diciéndole las mismas palabras a otra chica, todo eso dolía demasiado.

JiHyo había trabajado muy duro para protegerse, cuidadosamente construido un muro de ira e ironía, pero la chica de ojos azules aún había logrado abrirse camino hacia el tonto corazón de JiHyo. Y todo lo que la Barbie sabía ahora era que no podía dejar que nadie lo supiera, especialmente Sana. No podía soportar la humillación de que la rechazaran. No podía soportar la idea de que Sana intentara decepcionarla fácilmente sólo para saltar a la cama con alguna chica al azar al minuto siguiente.

Y después de todo, no era como si ella realmente necesitara a Sana.

No, ella estaba bien sola.

Ella siempre se las había arreglado sola.

Fue simplemente un enamoramiento tonto y pasaría con el tiempo. Dolería por un tiempo, claro, pero pasaría.

Ella estaría bien.

Sí, completamente bien.