❝ Lights, Camera, Action ━ SAHYO | adaptación & traducción. ❞

29: Top Secret.

—Dios, eres una lesbiana tan inútil—, dijo Tao mientras miraba por encima del hombro de JiHyo y la veía mirando el Instagram de Sana.

—¿Qué? Ella simplemente apareció en mi feed, y nos seguimos—, dijo la chica de ojos marrones, tratando de no parecer un ciervo ante los faros. Había sostenido su teléfono en ángulo donde esperaba que él no lo viera, pero ella fue atrapada ahora.

—Oh, por favor, JiHyo, no soy tonto. Sé que te gusta.

—¡No es verdad! —, Protestó JiHyo.

—Juro por Dios que te quemaré con este rizador si no te enojas y lo admites—, amenazó Tao.

—Bien, me gusta. No es que importe. Ella es Minatozaki Sana, notoria mujeriega y que odia las relaciones. No puedo lidiar con eso... Sabes que no puedo hacerlo a corto plazo. Quiero algo real, y esa... esa no es ella.

—Aunque no lo sabes. La has juzgado mal antes, Hyo. — El hombre respondió mientras le rizaba otro mechón de su cabello.

—Esto es diferente...

—¿Por qué? ¿Porque has decidido que lo es? —, presionó Tao.

—No lo entenderías, simplemente no es el tipo de persona, lo sé, no lo es—, trató de explicar JiHyo, su mente completamente convencida de que era imposible que Sana estuviera interesada en algo parecido a una relación estable.

—No, has decidido que no lo es, y lo has basado en lo que la gente en esta podrida industria dice sobre ella. Ella demostró que no era la idiota ensimismada que pensabas que era, ¿verdad? Entonces ¿Por qué ella también no podría querer en secreto una relación estable? No puedes descartar a las personas por las opiniones que has decidido que tienen—, dijo el hombre, claramente molesto por la terquedad de su amiga.

—Quizás tengas razón...

—Lo sé. Y mira, no estoy diciendo que le gustarás a ella también, no estoy diciendo que cabalgaran juntas hacia el atardecer, simplemente no la descartes todavía. Dale la oportunidad para demostrar que estás equivocada.

—Bueno, no es que vaya a verla ahora de todos modos. Puede que me guste, pero los enamoramientos se desvanecen con el tiempo, y no verla todo el tiempo probablemente hará que desaparezca—, dijo JiHyo, demasiado terca para admitirlo por completo.

—Claro que sí, pero ¿qué sentido tiene esperar eso? Se siguen la una a la otro, tienen su número, no trabajar juntas no debería significar una mierda. Extiéndanse, arriesguen, y si se va al infierno, entonces se va al infierno, pero al menos sabrás que lo intentaste—. Tao le dijo a la muñeca. —Además, no puedo sentarme y verte suspirar por sus fotos de Instagram sin que te arriesgues con ella. Me niego.

—Te odio, incluso cuando me das consejos amistosos me ves como basura—, respondió JiHyo con una sonrisa.

—Me amas y lo sabes.

Tal vez Tao realmente tenía razón. Tal vez podría abrirle su corazón a Sana. Incluso si daba miedo, especialmente con lo que había oído sobre la chica, podría valer la pena. Además, JiHyo sabía en el fondo que su enamoramiento por Sana no se desvanece fácilmente, porque la verdad es que nadie era como Sana.

Sana la molestaba más que nadie, presionaba cada botón sin descanso y, sin embargo, a JiHyo en secreto le encantaba. Tenían una dinámica que nunca había sentido con nadie más y, sobre todo, tenían una atracción magnética entre ellas que la hacía añorar constantemente. Estar envuelta en los brazos de la chica o sentir su toque era todo lo que nunca hubiera imaginado para sí misma y, sin embargo, JiHyo pensó que podría ser exactamente lo que necesitaba.

Pero no podía hacerse demasiadas ilusiones, no podía dejarse llevar por la posibilidad de que Sana pudiera querer lo que quería.

Aun así, tal vez las cosas no fueran tan desesperadas como ella había pensado.