❝ Lights, Camera, Action ━ SAHYO | adaptación & traducción. ❞

53: There Will Come A Day.

—Probablemente deberíamos salir, se está haciendo tarde—. Dijo Sana mientras se levantaba del sofá. Terminaron quedándose después del almuerzo y durante toda la cena, la chica de ojos azules estaba muy emocionada de ver a su madre regresando lentamente a su antiguo yo para irse. Aun así, se dio cuenta de que la mujer mayor se estaba agotando.

—Bueno, fue maravilloso tenerlas a las dos aquí. ¿No es así, Pat? — dijo Hani.

—Sí... fue realmente... realmente maravilloso... JiHyo, fue un placer conocerte, espero... espero que nos veamos a menudo en el futuro—. Pat dijo cálidamente.

—Yo también lo espero. — Dijo JiHyo con una brillante sonrisa.

—Sana... ¿podríamos hablar... un momento?

—Por supuesto. — Sana le dijo a su madre.

Hani y JiHyo caminaron hacia la puerta principal, charlando alegremente entre ellas, dejando a Sana y su mamá solas en la sala de estar.

—Ella es especial... cuídala. Nuestra historia no tuvo un final feliz... y tienes razón, Shiba... no lo tendrá... ese tiempo ha pasado... ya lo veo... Pero la tuya puede, la forma en que te mira... es como si hubieras puesto las estrellas en el cielo... Ninguna madre podría desear más para su hija, pero cuídala... alimenta el amor que tienen la una para la otra porque no ocurre todos los días... Consigue tu felicidad para siempre, cariño. — Dijo Pat, sosteniendo la mano de Sana como si fuera la única manera de que el mensaje permaneciera.

—Lo haré, mamá. Nunca daré por sentado su amor, lo prometo.

—Bien... bien... Siempre has tenido un corazón tierno, Sana... Estoy segura de que estos años deben haber sido duros para ti, estoy segura de que debes haber sentido mucha ira, pero no escondas ese corazón lejos... No temas al amor... no temas a no saber lo que se siente... porque aunque pierdas el juego, al menos sentiste la emoción de jugarlo.

Sana abrazó a su madre con fuerza y sintió que se le escapaban las lágrimas al pensar en cómo esta mujer, incluso después de su dura comprensión, aún lograba ver el lado bueno de las cosas. Me dolía saber que alguien que merecía el mundo había sido tratado tan mal. Ella era realmente la que menos lo merecía, pensó Sana.

La niña de ojos azules también consideró las palabras de su madre. Ella ya había decidido no ceder ante su miedo, ya había dejado de lado las paredes que solían rodearla y pasó la página, y sin embargo había algo extrañamente liberador en escuchar esas palabras de su madre.

¿Quizás fue el hecho de que su madre lo había perdido todo y todavía pensaba que el amor valía la pena?

Tal vez eso la hizo aún más segura de que dejar entrar a JiHyo fue la decisión correcta.

Había logrado mostrarle a JiHyo sus lados más vulnerables, dejarle ver su dolor más profundo, y aun así la Barbie había logrado hacerlo brillante y alegre. A pesar de empezar como agua y aceite, la pareja ahora se mezcla perfectamente, mejorando constantemente la vida de la otra. JiHyo era como un soplo constante de aire fresco, un toque de color en una habitación gris, un sol atravesando las nubes. Sana todavía no estaba segura de si realmente merecía la muñeca de ojos color miel, o si alguna vez realmente la merecería, pero sabía que haría cualquier cosa por ella, cualquier cosa para ver esa adorable sonrisa suya.

Era curioso, pensó Sana, cómo las personas más improbables pueden poner tu vida completamente patas arriba. Antes de conocer a JiHyo, veía todas las declaraciones de amor como falsas o ingenuas. Ella veía el compromiso como una puta maldición y las promesas como una pérdida de tiempo. Pero ahora, las declaraciones de amor eran algo natural, el compromiso era una bendición y las promesas eran fáciles de hacer y cumplir.

Todo gracias a JiHyo.

Habían tenido el comienzo más ridículo y, sin embargo, aquí estaban, completamente seguros de que serían felices para siempre.