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-Suéltalo por amor a Dios -gruñó Minho mirando con molestia a su hermano menor que tenía abrazado a Jisung como si de un pequeño almohadón se tratase

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-Suéltalo por amor a Dios -gruñó Minho mirando con molestia a su hermano menor que tenía abrazado a Jisung como si de un pequeño almohadón se tratase.

-No. Me recuerda a mi infancia, y además es esponjoso y suave.

-Ni que fuera un peluche. ¡Ya suéltalo!

-¡Oblígame Perro!

-¡Taerae!

Jisung hizo un puchero cuando Minho lo apartó del pequeño ¬no tan pequeño¬ alfa que aún tenía ese aroma a cachorro.

El Lee mayor dejó a Jisung en el sofá el cual empezó a realizar pucheros y extendió sus brazos hacia Taerae que no dudó y abrazó al omega que lo apretó contra él. Ambos acurrucados en el sofá.

Minho le gruñó al alfita de 11 años que le dió una risa burlona y luego le enseñó la lengua. El alfa de mayor edad miró indignado a su hermano.

Jisung por otro lado solamente mimaba al cachorro alfa que sacaba de las casillas a Minho. Taerae era un malcriado y mimado alfa solo por Jisung.

El omega lo consentía desde que tenía 8 años y el pequeño alfa siempre quería estar abrazando a Jisung, quien sólo lo mimaba.

-¿Por qué no sabía que Hyung estaba embarazado? -inquirió el alfita mirando mal a su hermano mientras abrazaba a su "cuñado".

-Estabas en el internado -respondió mordaz el alfa mayor sentado en un sofá mientras acomodaba sus lentes para ver su computadora-. Además no sé porqué debías saberlo.

-¡Es Jisung-Hung! -lloriqueó Taerae-. Ya se le nota hasta la pancita, si no lo supiera pensaría que estaba gordo -dijo a lo que Minho rió sabiendo lo que se vendría.

-¿Estoy gordo? -la suave, baja pero amenazante voz llamó la atención. Minho esperó que el omega empezará a despotricar y a maldecir al Lee menor, pero no pasó. Simplemente se levantó y fue hacia la terraza.

-¿Qué pasó? -preguntó Taerae sin comprender. Jisung le hubiera tironeado la oreja si insinuaba que estaba gordo, y es que el omega siempre se mantenía muy activo, haciendo ejercicio y danza para estar en forma.

Ahora su pancita apenas abultada le había brindado ternura al cachorro alfa que prácticamente no se le quería quitar encima ante las feromonas con aroma materno que el omega brindaba.

-Si llora, te haré trapear el piso -gruñó el alfa mayor yendo hacia la terraza para consolar al omega.

Primero pasó por la cocina y fue por un pedazo de pastel de chocolate que había comprado el día de ayer gracias a que el omega tuvo un antojo a las 11 de la noche. Agradecía que hubieran panaderías en supermercados.

Al salir a la terraza se encontró a Jisung acariciando su pancita y sollozando bajito mientras veía los edificios. El alfa dejó el plato junto al omega que lo miró y extendió sus bracitos hacia él.

Cachorro ¿Lee? || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora