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Sus ojos rojizos por haber llorado desconsoladamente miraban al bebé en una incubadora

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Sus ojos rojizos por haber llorado desconsoladamente miraban al bebé en una incubadora. Era muy pequeño y frágil.

Apretó su pecho al sentir el dolor desmesurado que atacaba su corazón desde hace varios minutos.

El dolor de la pérdida de su alfa. El amor de su vida que había muerto por su culpa.

Colapsó no resistiendo más y apoyó su espalda en la pared a sus espaldas en la cual se deslizó hasta quedar en el suelo. Las gruesas lágrimas derramándose por sus mejillas.

-Perdón, perdón, perdón alfa-murmuró cubriendo su rostro con sus manos. Había sido para poder vivir pero entonces, ¿por qué dolía tanto?

-¿Está bien?-preguntó un médico alfa acercándose a donde estaba e inclinándose frente a su rostro, antes de acariciar su cabello, desprendiendo feromonas calmantes.

-No, mi alfa murió por mi culpa-el médico se tensó.

-¿Cómo?-inquirió en voz baja- ¿Cómo murió?

-Maté a mi alfa-dijo apartando las manos de su rostro para ver al contrario-. Asesiné a mi Irene.

Y Seulgi volvió a llorar amargamente.

Había amado durante casi 25 años a Han Irene, aquella alfa que en los últimos años se había vuelto cruel, pero que aún siempre le brindaba esa pequeña sonrisa. Irene había cometido errores, y muy graves, casi había matado a su nieto e hijo, la lastimó a ella y a Young-hyun psicológicamente; y aunque quería el divorcio, en Corea del Sur nunca se lo permitirían ya que un omega tenía pocos derechos. Por eso luchó contra su ahora difunta esposa para evitar que Jisung fuese casado con ese alfa que era el verdadero padre de su nieto.

Porque sabía que no lo amaba y que sólo sufriría durante toda su vida, o hasta el día en que tendría la valentía para suicidarse.

-Omega será mejor que se levante-pidió el hombre extendiendo sus manos hacia la omega, que aturdida las tomó para levantarse-. Le invito a la cafetería para que tome un té y así pueda calmarse.

-Yo debo quedarme con mi nieto-dijo señalando al bebé en la incubadora.

-¡Oh Dios! Se ve muy joven para tener un nieto-la omega sonrió-. Entonces manténgase aquí y le traeré ese té.

Y Seulgi agradeció con una leve sonrisa mientras miraba a su nieto. Curiosamente sentía que sería un niño muy lindo.

 Curiosamente sentía que sería un niño muy lindo

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Cachorro ¿Lee? || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora