Invitados

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Era una cálida mañana de mayo en Hogwarts. La guerra había pasado, la escuela se había reconstruido y los estudiantes estaban devuelta. Eran muchos los estudiantes que habían regresado, entre ellos Harry Potter, Hermione Granger y Ron Weasley.

Estaban todos reunidos en el Gran Comedor mientras que desayunaban. Las conversaciones iban y venían de un lado a otro. Todo estaba bien, hasta que una luz blanca iluminó la pequeña tarima y unas cuantas personas cayeron por ahí.

En el piso habían tres hombres tirados y una mujer pelirroja. En los brazos de uno de los hombres había un pequeño bebé de tan solo un año. El hombre lo tenía bien protegido contra su pecho y sus manos estaban ubicadas en le cabeza y la espalda del menor.

"¿Están bien?" Preguntó un hombre con cicatrices en la cara.

"Sí." Respondió otro con el pelo largo hasta los hombros y chaqueta de cuero negra. "¿James, Lily, Harry?

"Estamos bien" respondió la mujer entre ellos luego de haber revisado al otro hombre y al pequeño niño en los brazos de él.

Mcgonagall estaba sonriendo de lado a lado, pero se cubrió la boca de la impresión. Harry, Ron y Hermione estaban perplejos al igual que Ginny. Eran ellos, los padres de Harry, Sirius, Remus y mini Harry.

Harry sentía ganas de llorar. Estaban ahí a metros de él. Podía salir corriendo a abrazarlos y decirles cuánto los necesitaba. Cuánto los extrañaba... Eran sus padres y eran tal cual su tía se los había descrito.

"¿Minnie?" Preguntó James. "¿Esto era de lo que hablaba Dumbledore?"

"Si les dijo acerca de conocer la historia de cierta niña, pues sí" Dijo la nueva directora.

"Entonces si estamos en el futuro... significa que T/n y Harry deben de estar por aquí" dijo la pelirroja.

"De hecho. Señor Harry Potter," empezó Minnie "Me sorprende que todavía no se haya acercado"

James levantó la cabeza para tratar de ubicar al susodicho chico entre tanta multitud. No debería de ser tan difícil y se dio cuenta de eso cuando Lily le tomó el brazo.

Dirigió su mirada a un chico con lentes, pelo negro y unos ojos verdes que nada más había visto en dos personas en toda su vida. El chico tenía un físico indudablemente parecido a él.

Harry se acercaba cada vez más hasta que estuvo frente a frente con ellos. Harry los miraba como si estuviese viendo un partido de tenis. Sus ojos iban de lado a lado tratando de asimilar quienes estaban frente suyo.

Lily le sonrió y lo acercó a ella para darle un abrazo al que Harry tardó en responder. James se les unió segundos después. Harry sentía ganas de llorar al estar finalmente entre sus brazos. Lily le dejaba besos en la cabeza y le acariciaba la espalda con dulzura, gesto que James imitaba.

Un jalón de pelo hizo que Harry se separara un poco y viera a su versión miniatura en el brazo de su padre. Harry no pudo evitar sonreír.

"¿Cómo es posible?" Preguntó Harry. "Ustedes están, bueno..."

"Al final eres tú... El de la profecía." habló Remus. "Eso significa que pasó algo malo, ¿o no?"

Harry asintió despacio y eso le dijo todo lo que Lily quería saber. Ella no pudo hacer otra cosa que abrazarlo fuerte otra vez a lo que Harry respondió gustoso.

"Vamos a cambiarlo" Le aseguró James.

"¡A nosotros no nos para nadie!" Saltó Sirius. "A todo esto... ¿dónde está T/n?"

Las puertas del Gran Comedor se abrieron de repente y una banda de pelirrojos liderados por dos pelinegros. Harry sonrió inmediatamente al ver la sonrisa de suficiencia que tenía la pelinegra. Claro que había abierto la puerta de una patada y que por eso Hermione negaba tanto con la cabeza.

Eviterno (Ares Black y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora