Navidad, dulce Navidad

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"¿Alguien más quiere seguir leyendo?" Preguntó Fleamont.

Hermione alzó la mano y Fleamont le alcanzó el libro junto con una sonrisa dulce. Podía ver la linda amistad que tenía con su nieto. Hasta cierto punto, Harry, Ron y Hermione eran como los dobles de James, Sirius y Remus.

"Gracias, Sr. Potter."

"Dime Fleamont." Guiño un ojo con diversión y Hermione le sonrió.

"Capítulo #4. Navidad, dulce Navidad."

Ares y T/n palidecieron. Ambos sabían perfectamente lo que iba a pasar. Si a Euphemia no le había dado un paro cardíaco, definitivamente ocurriría ahora.

"¿No tienen sueño?"

"No empieces con excusas, princesa." Dijo James. "Ni siquiera es de noche todavía. ¿Qué pasa en este capítulo?"

T/n miró para otro lado y apuró a Hermione para que empezara a leer. Todo esto la estaba poniendo ansiosa.

Edmund estaba sentado contra una pared de hielo en una de las celdas del castillo de Jadis. Unas cadenas se unían a sus tobillos limitando así su movimiento. El chico atrajo sus rodillas al pecho y cruzó sus brazos sobre ellas para intentar conservar el calor que tanto necesitaba.

A su lado había un plato con un pan junto a una taza con agua. Edmund le había dado un mordisco al pan, aunque se ahogó debido a lo seco que estaba. Trató de tomar un sorbo de agua, pero, como era de esperarse, ésta estaba congelada.

"Pobre niño." Se lamentó Molly.

El chico tiró la taza en el plato y volvió a su posición anterior.

Un carraspeo interrumpió el silencio de las celdas. Otro de los prisioneros de Jadis había visto las acciones de Edmund.

"Ehh... Si tú no quieres eso..." Edmund agarró el pan y se empezó a acercar a la reja compartida con el prisionero a su lado. Aquella reja tenía un agujero enorme por el que cabía perfectamente una persona de estatura promedio, pero los grilletes evitaban aquello. "Me acercaría más, pero... mis piernas."

Edmund le entregó el pan y sin querer su mirada se debió a las piernas del contrario. Tenía patas de cabra, pero su torso era el de un hombre cualquiera. Él comía desesperado, como si no lo hubieran alimentado en días. Edmund se dio cuenta de quién se trataba.

"¿Tumnus?" Preguntó Charlie.

"Sr. Tumnus." El mencionado lo miró.

"Lo que queda de mí." Ambos se quedaron callados unos segundos. "Eres hermano de Lucy Pevensie." Declaró el fauno.

"Ah... Soy Edmund."

"Sí. Su nariz se parece." Edmund no sabía qué responder. "¿En dónde está Lucy? ¿Ella está bien?" Los ladridos de los lobos resonaban por las paredes lo que asustó un poco a Edmund.

"No lo sé." Suspiró.

Las puertas de las celdas se abrieron y dejaron pasar a Jadis, quien venía con paso furioso. Edmund y el Sr. Tumnus se separaron de la reja compartida. La imponente mujer se paró frente a Edmund mientras que uno de los guardias se paraba a vigilar la puerta.

"Mierda." Dijo Sirius

"Mis policías destrozaron toda la presa." Declaró. "Tu linda familia, y esos dos mocosos, no se encontraban ahí." Jadis tomó a Edmund del cuello de su abrigo y lo alzó hasta que estuvieran cara a cara. Edmund respiraba rápido. El frío y el miedo no colaboraban. "¿En dónde están?"

Eviterno (Ares Black y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora