Sálvese quien pueda

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"Permíteme, querida" Le dijo Fleamont a Euphemia. "Vamos a seguir indagando en la vida de T/n."

"Papá, eso sonó demasiado... acosador." Habló T/n.

"Shhh."

"Mi papá es como otro niño." Le susurró T/n a Ares.

"No es que te moleste, ojitos."

"¿Ojitos?"

"¿Prefieres Pitufina?" Sonrió de lado Ares. "Ya lo sabía yo. Te encanta ese apodo."

"¡No! Ni se te ocurra volver a llamarme así, Rigel."

"Lo amas y lo sabes." Ares dejó un beso en los labios de la chica y ella se relajó. "Pareces niña mimada."

"Me voy."

"¡No!"

Fleamont estaba a punto de pararse de su sitio para alejar a Ares de su hija, pero Charlie se adelantó y le pegó un zape en la cabeza al menor de los Black. Bill, George y Ron se reían de la cara de Ares y éste los miró mal.

"Deja a mi hija tranquila, Black. Capítulo #3: Sálvese quien pueda."

"Maugrim y su maldita jauría." Murmuró Ares por lo bajo mientras que apretaba un poco la cintura de T/n. Su corazón había dado un vuelco al verla con la espada en la mano y espalda con espalda a Peter.

"Ya pasó, amor."

"Eso no hace que mis nervios se vayan. Maldita leona."

"Rápido. No quiero que se nos haga de noche a la mitad del bosque." Ordenó el Sr. Castor.

Los 6 adolescentes caminaban detrás del mamífero. Estaban maravillados con el paisaje alrededor, unos más que otros como en el caso de Edmund. Ares miraba principalmente el piso y caminaba con T/n delante suyo.

T/n miraba a cualquier lado menos al frente. Se sentía como en uno de esos libros de fantasía que tanto le gustaba. Era como que estuviera encaminándose a recuperar un reino o a conquistarlo. En su mente volaban miles de escenarios ficticios y alguno que otro recuerdo con su familia en la nieve.

No recordaba mucho a sus padres pues ella era muy niña cuando fallecieron, pero podía escuchar a su padre alentándola a tirarle una bola de nieve a James. Recordaba el aroma del chocolate caliente de su madre y a James tirándose a su lado en la nieve para hacer ángeles en el piso.

"Mi niña." Se lamentaba Euphemia.

La caminata fue larga, pero no tanto como T/n pensaba. Caminar por los terrenos de Hogwarts o por el parque cerca de su orfanato siempre le permitían aclarar sus pensamientos.

Ares la observaba de vez en cuando. Pudo ver como una sonrisa se dibujaba en el rostro de T/n, pero no sabía en qué estaba pensando. Aquella chica le daba curiosidad, siempre lo hizo, pero era muy cobarde para entablar una conversación semiamable con ella. Su madre lo aborrecería de por vida y terminaría casi como su hermano mayor: Sirius.

"Walburga no sabe vivir la vida, Ares. Cuando te dejas de preocupar por lo que va a decir vives de otro modo."

"¡Ah, perfecto! Mi esposa está preparando té. Nos vendría bien algo caliente." Habló el castor mirando una pequeña presa en medio de un claro rodeado de altas piedras. Parecía un lugar perfecto. Un hogar lleno de paz.

"¡Que linda presa!" Exclamó Lucy.

"Ah, no es mucho en realidad. Me faltan detalles. No la he terminado. Será un buen negocio cuando esté lista."

"Es su hogar, Sr. Castor. Creo que eso es todo el detalle que necesita." Dijo T/n después de haber estado callada por un rato.

"Eso es algo muy lindo, querida." T/n se sonrojó un poco y Ares levantó una ceja.

Eviterno (Ares Black y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora