Capítulo 10: Sueños y miedos

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NOTA: Este capítulo tendrá por enfoque el tema de "Embarazo", correspondiente al Día 1 de la Semana SenHaku del grupo Senku & Kohaku. Disculpen por la tardanza, pero he tenido tiempos difíciles entre el trabajo y las cosas de mi familia.

Capítulo 10: Sueños y miedos

Después de que Gen se fuese de su casa, Kohaku decidió irse a dormir, aunque sabía que no podría conciliar el sueño tan fácilmente, por lo que decidió preparar un té con algunas hierbas que le habían dado las ancianas de la Aldea Ishigami. Decían que eran buenos para descansar mejor y que la ayudarían a no pensar tanto en los problemas.

También había logrado hablar con algunas ancianas que contaron sus historias sobre cómo habían perdido a sus hijos en los inviernos más duros, cómo una de ellas había tenido una caída que la había hecho que su bebé naciera antes de tiempo y no había soportado lo suficiente para vivir, y otros casos que, más que hacerla sentir mejor, la habían llenado de sentimientos encontrados.

Por un lado, se sentía bien al saber que no estaba sola, pero al mismo tiempo le dolía mucho pensar que no era la única, porque muchas mujeres constantemente perdían hijos, siendo bastante frecuente este evento en los primeros meses de embarazo, tal como había leído días atrás en algunos foros de internet del nuevo mundo. Estos foros habían sido una fuente importante de informaciones, leyendo anécdotas que la ayudaban a entender mejor lo que había pasado, pero al mismo tiempo podían ser como aguijonazos que la lastimaban al leer cosas como "por suerte, el padre de mi hijo nunca se separó de mí en esos momentos", lo que la hacía sentir peor.

Ella sabía que, para Senku, la prioridad era reconstruir el mundo, la base lunar, los proyectos que tenía con Whyman, y, en ese momento, entender mejor la situación de los fetos petrificados, que era algo bastante doloroso para muchas mujeres, por lo que había podido investigar en los mismos foros, en donde la pérdida gestacional postpetrificación era un tema recurrente.

"No debería molestarlo" —pensó con tristeza, ya sirviéndose el té en una taza muy bonita que había sido un regalo de Suika, días atrás.

Se fue caminando hasta la sala de estar, sintiendo en el camino que su casa se sentía más vacía que nunca, que una parte de ella se sentía sofocada dentro de la casa, como si le costara respirar. El calor del verano no era un problema para ella porque tenía instalado un aire acondicionado, pero igualmente esa sensación sofocante no minimizaba, ni siquiera porque tuviera todas esas comodidades.

Se sentó en el sofá de la sala y recordó la conversación que había tenido poco antes con Gen, y cómo él había intentado comprenderla mejor, pero ella simplemente le había pedido irse, y la verdad no se sentía cómoda pensando en tantas cosas... especialmente en Senku. No quería seguir sufriendo, pero tampoco quería entorpecer los experimentos de quien fuese considerado uno de los científicos más valiosos de la humanidad.

Revisó su teléfono mientras terminaba de tomar su té, viendo fotos de sus amigos en redes sociales, viendo noticias sobre los conflictos en California por la situación de los bebés petrificados. Minami transmitía bastante rápido las noticias a los del grupo de amigos que compartían y que les permitía comunicarse. Kohaku tenía mucho tiempo sin hablar en el grupo, aunque siempre leía todo lo que escribían. Era una gran ventaja aprender a leer y se arrepintió de no haberlo hecho antes.

El sueño se apoderó de ella poco después, y no quedaba de otra que irse a su habitación a dormir. Sin siquiera bañarse, sólo cambió sus ropas y se lanzó en la cama, sabiendo que las plantas habían hecho efecto.

Apretó fuertemente su abultado vientre, mientras corría por un extraño y desconocido bosque, tenía que proteger a su bebé de los malvados que la perseguían, su bebé tenía que nacer, su bebé sería una pieza importante para el futuro de la humanidad. El bosque se encontraba en completa oscuridad, y Kohaku no podía ver quién la perseguía, sólo sabía que era peligroso.

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