Matteo Poláez Dubois
Estuve toda la noche pensando en que ahora seré la niñera de Nathan, quise decir, de Ernesto, tengo que grabarme eso, ojalá un nuevo nombre le de una nueva vida, una nueva personalidad, porque si no junto a esa insolente me harán la vida imposible.
También analicé mi situación con ella, y decidí que me alejaré, sólo trae consigo uniformes sucios y equívocas insinuaciones de Camila, cuando único me permitiré darle su merecido será en mis clases, la reprimenda que le debo se la daré allí, aprenderá a no meterse conmigo.
Me doy cuenta que ya es de mañana cuando el sol se filtra por las rendijas de las blancas cortinas de mi habitación, me levanto para dirigirme al baño, dispuesto a ducharme con el objetivo de quitarme el poco sueño que me queda, salgo al terminar y me coloco el uniforme frente al espejo, emocionado con la idea del primer día de clases, les enseñaré a estos muchachos que la escuela militar no es ni de cerca lo estricta que ellos creen, es mucho peor y esa insolente será la que más lo notará.
Termino de abrochar mi chaqueta para acomodar mi cabello, me lo remuevo un poco con la mano, me gusta que esté algo despeinado, cojo de encima de mi escritorio la carpeta de planes y salgo del cuarto en dirección a la plaza.
Cuando llego hay unos pocos muchachos frente a ella, sin embargo todos los profesores ya se encuentran aquí, veo a Gabriel y me dirijo hacia él, es extraño que Camila no se le halla acercado, algo debe andar mal con esos dos y me da la impresión que nesecito saberlo.
- Hola bro - me saluda él cuando me ve, yo le respondo con un asentimiento mientras le extiendo la mano, la resive copiando la sonrisa que le dedico.
- ¿Sucede algo malo entre Camila y tú? - pregunto con simple curiosidad, pero su semblante se ensombrece al instante en el que baja su mano.
- Pasa que tu primo ha vuelto - contesta con un tono de voz que me advierte de su furia contenida.
- ¿Qué hizo? - interrogué en un suspiro, ya estoy cansado de él y recién llegó.
- Aparecer - responde con simpleza, dejándome confundido.
- ¿Intentó algo con Camila? - indagué para sacarle información.
- No y que ni se le ocurra, porque me va a importar muy poco mi puesto cuando lo mate - asegura subiendo el tono de voz sin darse cuenta, pero lo peor es que sé que está hablando en serio.
- ¿Entonces? - intento otra vez.
¿Porqué me lo pones tan difícil?
- Que Cami se molestó porque le dije que no la quería cerca de él - explicó tras bufar enojado - ¿No entiendo que tiene de malo? A las demás chicas les encanta mi lado posesivo.
- Por favor dime que no le dijiste eso - pido al comprender la situación.
- Yo... - duda, y eso es lo único que necesitó para saber que sí lo hizo, es para matarlo.
¿Cuándo vas a aprender a entender a las chicas?
En eso veo como se acerca Isabela al micrófono, esa es la señal de que va a dar inicio el acto.
- Después de clases te invito a un trago - ofrezco a mi amigo, quien asiente sin pensarlo, mientras no pague él, aceptaría cualquier cosa.
Y ahora estoy aquí, en esta tarima, escuchando lo mismo de cada inicio de curso, me siento aburrido, sólo espero que esto termine rápido, y ahí me doy cuenta de que ya casi es mi turno.
- Bien, igual se presentarán otra vez para el resto de estudiantes, después de todo serán sus profesores también - con esas palabras y una mirada a mi amigo, Lucas se retiró, dejándole el puesto.
- Muy bien, me presento - empezó con un tono divertido, tan natural en él no tomarse las cosas en serio - me llaman Romeo - la risa de los educandos fue estruendosa pero su broma fue cortada por la seriedad en nuestros rostros y el carraspeo del director - fine, fine, soy Gabriel, el teniente Fontaine, guío al grupo uno y les enseñaré Idiomas y Matemáticas - con un asentimiento se retiró, dejando al alumnado cuchicheando, sí, es un puto genio.
Bien, bien
- Creo que ya la mayoría me conoce - comenté con seriedad al estar frente a los estudiantes - Mi nombre es Matteo, pero deberán decirme capitán Poláez, soy el guía del grupo dos y les enseñaré Disciplinas de seguridad, seguro no tienen ni idea de que se trata, pero hoy lo sabrán y también los capacitaré en Geografía - dicho esto me retiro, viendo como la novia de mi mejor amigo da un paso al frente.
- Soy Camila, la teniente Boucher, guiaré al grupo tres he impartiré las clases de Lengua y literatura, junto a las de Tácticas Militares, espero que nos veamos pronto - comentó rápidamente, y no es su estilo en la vida personal, pero en la profesional, se vuelve una persona muy seria, más ahora que está enojada.
- Alice - dice fuerte y claro la nueva teniente asiática que incorporamos a la escuela - la teniente Gauthier para ustedes, tengo a mi cargo al grupo cuatro he instruiré Formación en liderazgo y Ciencias, gracias a esta última sé donde propinar el golpe más doloroso para sus nervios, espero que sabiendo esto se comporten - concluyó dejando mudo al alumnado, mientras le cedía el micrófono al siguiente.
- Hola, me presento como Ernesto - comenta divertido, sí, esta es mi pesadilla - diganme Profe Lahiffe, daré las clases de Instrucción Física he Historia, estaré a sus órdenes, pueden encontrarme en el grupo cinco - termina guiñando un ojo y colocándose a mi lado con esa sonrisa cínica que sabe que me molesta, pero no logrará romper mi neutralidad, no lo ha hecho hasta ahora y no se lo permitiré nunca.
- Como han escuchado cada profesor tendrá que enseñar dos asignaturas - el capitán Lefevre vuelve a tomar la palabra - el desarrollo personal y la educación cívica y ética serán dadas por mí, a partir de hoy ustedes se convierten en cadetes de Francia, subirán de rango según se lo vayan ganando - bufo por lo bajo al oírlo decir eso, que hipócrita - o con el transcurrir de los años, les informo que también tendrán actividades extracurriculares, pero eso ya será para el final de cada semestre, ¿alguna pregunta?
Un largo silencio se adueñó de la estancia y al no recibir respuesta, le hizo una seña con la cabeza a Isabela para irse en dirección a su oficina otra vez.
- Sus libros los esperan en las aulas, los guías los llevarán a ellas, sin más que decir espero que disfruten su primer día de clases - tras esas palabras siguió los pasos de su jefe.
No dudaría que fueran amantes
Con este pensamiento bajo del escenario tras los pasos de Ernesto que se cuela delante de mí con una sonrisita, yo lo dejo estar, no voy a formar un espectáculo por su culpa aunque por dentro quiera ahorcarlo aquí mismo.
Me paro junto a los demás guías esperando a que mi grupo vuelva a estar bajo techo, al tenerlos frente a mí sólo camino dirigiéndome a nuestra nueva aula, y no tienen que ser muy inteligentes para saber que deben seguirme.
Cuando llegamos ellos ingresan y yo lo hago de último, esperando que todos estén sentados ya, cuando paso el umbral de la puerta tengo que carraspear para que todos se callen y me presten atención, lo bueno es que esto pronto cambiará, claro que sí.
- Buenos días - saludé cortésmente al estar en frente del aula.
Detrás de mí había una gran pizarra y delante en un elegante escritorio puse mi maleta nada más llegar, el primer rostro que resaltó fue el de la insolente, seguro se debió a que se encontraba en la primera mesa de la hilera del medio, no sé, de lo único que estoy seguro es de que verla bastó para ponerme de mal humor, estaba sentada con el chico de antes, parecen ser muy amigos.
- Buenos días - respondieron a coro, la voz sobresaliente era la de Amelie, quien se encontraba sentada detrás de Ámbar.
- A la derecha en la esquina de sus mesas están las libretas que necesitarán por ahora, guárdenlas en sus mochilas y dejen encima de la mesa sólo una - expliqué con la voz firme - después de ese tiempo comenzaremos con la primera clase de geografía.
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🌐Mi Amor Militar🎓
Romance- Oye ten más cuidado - me gritó enojado, asustándome. - Lo siento - le dije apenada, pues le había derramado su vaso de jugo sobre él, lo mire, vi sus ojos, parecían corales, eran hermosos. - Sí claro, lo siento - en lo último hizo voz ñoña - en ve...