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Valentina

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Valentina

Guadalajara, México.

Me levanté temprano primero fui al gym y ahora me estaba dirigiendo a la oficina de mi papá, me envió un mensaje que fuera temprano a verlo y me dio unas instrucciones de como ir vestida, ya que luego de eso iríamos a un evento.

La mayoría del tiempo ando vestida casual y obviamente de esa manera vestida no podía asistir.

Primero hablaremos de algunos pendientes que tenemos sobre un proyecto.

—Buenos días señorita Valentina.

—Hola Marta.—Saludo a la mujer de mediana edad que se encarga de la agenda de mi padre.

—Siga por favor, el gobernador la espera.

El sonido de mis tacones es lo único que se escucha en el lugar, entro al lugar el cual todo refleja a mi padre desde las sillas de cuero hasta los grandes cuadros en la pared.

—Buenos días papá.

—Hija.—Alza la mirada de los documentos que estaba revisando juntos a lo que entre.—Llegaste en buen momento.

Me siento en el mueble de dos asientos que tiene en la mitad de su oficina mientras él se sienta en el unitario para luego darme una carpeta.

—Quiero que me des tu opinion de esto.

"Gallerie Marvella" 

—Dejame adivinar.—Mi padre me mira expectante.—Alana y su capricho de abrir la galería de la abuela al público ni siquiera me moleste en leer una palabras mas de ese documento.

Alana es mi prima por parte de mamá pero es muy allegada a su familia política, la familia Pérez.

—No entiendo porque quiere abrir un lugar que no le pertenece.—Digo con algo de molestia.

No tiene ninguna relación con mi abuela y quiero profanar ese lugar.

Tiempo después de que mi abuela murió su abogado leyó el testamento en el que dejó su última voluntad en el cual me heredaba la mayoría de sus propiedades a mi.

Incluida esa galería.

Compartíamos el amor por el arte y ese lugar nos unía la mayoría de ocasiones. En esas paredes de las cuales cuelgan cuadros de importantes pintores celebró todos mis cumpleaños y con el pasar del tiempo se convirtió nuestro escondite de los demás.

Alana apenas compartió palabras con ella incluso cuando está enfermo ni siquiera la visitó al igual que mi mamá.

No tienen ningún derecho sobre ese lugar.

—Tu madre la apoya.—Se que mi papá me dice esto porque él jamás iría en contra de su esposa.

—Ese lugar se mantendrá como ha estado hasta hoy, cerrado.

CURVAS DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora