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Actualidad

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Valentina.

Guadalajara, México.

El sonido de los tacones resuena en el amplio pasillo de la mansión mientras camino de un lado a otro, repasando una vez más los informes financieros.

La presión de dirigir todos los negocios familiares parecía aplastarme con cada paso que doy.

Mis padres y hermanos habían partido hace una semana para unas vacaciones extravagantes en Europa, dejándome a cargo de la empresa y todo relacionado a los negocios.

Me detuve frente a la gran ventana que daba al jardín y suspire profundamente. Observe el sol brillando sobre las flores y sintiendo una punzada de envidia hacia aquellos que podían permitirse escapar de las responsabilidades por un tiempo.

Pero para mi, no había descanso.

Recorde las conversaciones con mi abuela, quien siempre me había repetido que algún día sería yo quien llevara las riendas de los negocios familiares.

Sin embargo, nunca imagine que ese día llegaría tan pronto, ni que lo haría sola, mientras el resto de mi familia disfrutaba del lujo y la opulencia en el extranjero.

La tensión se acumulaba en mis hombros, haciéndome sentir como si estuviera cargando el peso del mundo sobre ellos.

A veces me preguntaba si mis seres queridos entendían realmente el esfuerzo que requería mantener la empresa a flote, o si simplemente lo daban por sentado mientras derrochaban el dinero en banalidades.

Me prometi a sí misma no sucumbir ante la presión. Aunque a veces me sentía abrumada, recordaba la promesa que le hizo a mi abuela de proteger el legado familiar, y estaba decidida a cumplirla, cueste lo que cueste.

Con determinación volví a mi escritorio y me sumergí en el trabajo una vez más.

No puedo permitirme flaquear, no cuando tanto estaba en juego.

Mi padre había llegado al país y me pidió que me reuniera con él a desayunar con un tono de voz frío y cortante.

Eso solo significaba una cosa. Peligro

Pero se que hay algo más detrás de esa invitación. Un simple desayuno familiar no lo es.

***

El aroma del café recién hecho llenaba el comedor mientras esperaba la llegada de mi padre.

Se que esta "reunión" sería crucial por el tono de mi padre al hablarme, pero no estaba preparada para lo que estaba por venir.

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