El origen del problema.

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                                                                                                                                                              17 de abril del 20XX.

Querido diario:

               Hoy es un día que nunca podré olvidar. Mi madre, Adelaida, una mujer fuerte y amorosa, salió temprano esta mañana para dirigirse a su trabajo como enfermera en el Hospital Franco-Mexicano. Pero nunca llegó.

                Mientras conducía por una carretera local, un joven imprudente (debería llamarle estupido) y temerario decidió que sería divertido jugar carreras con otro automóvil. Sin pensar en las consecuencias de sus acciones, aceleró su vehículo a una velocidad peligrosa, perdiendo el control en una curva y chocando de frente con el automóvil de mi madre.

                El impacto fue devastador. A pesar de los esfuerzos de los servicios de emergencia por rescatarla, el daño era irreparable. Mi madre falleció en el lugar del accidente de manera instantanea, dejándome sumida en un profundo dolor y con una cicatriz emocional que nunca sanará completamente.

                 El servicio fúnebre se llevó a cabo en una pequeña capilla funeraria, llena de flores y fotografías que retrataban los momentos felices de mi madre. Las palabras de los amigos y colegas (Ya que mi madre no contaba con familia )que compartieron sus recuerdos y anécdotas sobre ella llenaron el aire de amor y tristeza. Mi padrastro Alejandro estuvo a mi lado en todo momento, algo que me hizo sentirme fuerte en en ese momento, a pesar de su distancia conmigo,  sosteniéndome mientras enfrentaba la realidad abrumadora de nuestra pérdida.

                 Después del servicio, nos dirigimos al cementerio San Andres Fournet para el entierro. El cielo estaba nublado y las lágrimas caían tanto del cielo como de nuestros ojos. Mientras el ataúd de mi madre era bajado a su última morada, sentí un vacío insondable, una sensación de pérdida que me acompañará para siempre, y una incertidumbre de como será mi vida a partir sin ella y viviendo con mi padrastro, el cual casí nunca esta en casa y escasamente cruzamos palabras.

                

Confesiones de una Hijastra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora