Un Abrazo de Perdón

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                                                                                                    24 de Junio de 20XX.

               Hoy me siento abrumada por una mezcla de emociones. Anoche, cometí un grave error que me ha dejado llena de arrepentimiento y vergüenza. Llegué a casa tarde y ebria, algo que nunca debería haber pasado. Cuando entré, Alejandro, mi padrastro, estaba esperándome con una expresión que nunca olvidaré.

Nunca antes lo había visto tan enojado y decepcionado. No supe qué decir cuando empezó a reprenderme. En medio de su molestia, me dio unas nalgadas, algo que no esperaba y que me hizo sentir aún peor [pero a la vez algo más].

Esta mañana, con la cabeza y las nalgas aún doloridas y el corazón pesado, decidí tomar valor y  hablar con él. Necesitaba decirle lo que realmente sentía.

—Alejandro, ¿puedo hablar contigo? —dije, acercándome tímidamente.

Él me miró con una mezcla de severidad y preocupación.

—Claro, Clara. ¿Qué pasa?

Tomé una profunda respiración antes de continuar.

—Quiero disculparme por lo de anoche. Estoy realmente arrepentida por mi conducta. No debería haber bebido tanto ni llegar tan tarde a casa. Sé que te decepcioné y me siento muy avergonzada.

Alejandro se quedó en silencio por un momento, sus ojos buscando los míos.Siempre me ha gustado cuando Alejandro me mira de esa forma, tan fijamente. Hay algo en su mirada que me hace sentir vulnerable, pero también segura y comprendida.

—Me alegra escuchar eso, Clara. Pero tienes que entender que tus acciones tienen consecuencias. Estarás castigada durante dos meses. No tendrás permiso para salir, solo iras al ballet.

Sentí un nudo en la garganta [y me daban ganas de llorar], pero sabía que tenía razón. Asentí lentamente.

—Lo entiendo, Alejandro. Acepto mi castigo. Te prometo que a partir de ahora me portaré bien y obedeceré las reglas. No quiero volver a decepcionarte, quiero ser una buena niña.

Me acerqué a él y, con un sincero gesto de arrepentimiento, le di un abrazo [Me hace sentir especial el abrazarlo y el que el me abrace]. Al principio, pareció sorprendido, pero luego correspondió el abrazo con un leve suspiro [En verdad me gusta sentirme esa niña vulnerable].

—Espero que esta sea una lección para ti, Clara. Quiero lo mejor para ti, y eso significa que debes tomar decisiones más responsables.

—Lo sé, Alejandro. Gracias por preocuparte por mí. Haré todo lo posible por ser una mejor chica.

Después de nuestra conversación, me sentí un poco más ligera. Aunque el castigo es severo, entiendo que es necesario. Prometo que aprovecharé este tiempo para reflexionar y mejorar. No quiero volver a pasar por algo así, en verdad me dio vergüenza y no quiero volver a decepcionar a Alejandro [Siento y deseo en esa imperiosa necesidad].

Es un día difícil, pero también es un nuevo comienzo. Hoy empiezo a trabajar en ser la mejor versión de mí misma.

Clara.

4o

Confesiones de una Hijastra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora