Un nuevo comienzo.

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                                                                                             25 de Junio del 20XX

              Las últimas 48 horas han sido un torbellino de emociones y decisiones difíciles. Hace dos noches, cometí un error que jamás olvidaré. Llegué a casa ebria y tarde, algo que jamás había hecho antes. Alejandro, mi padrastro, estaba furioso. Me dio una tunda que aún siento en cada fibra de mi ser. Me prometí a mí misma y a él que cambiaría, que me portaría bien.

              Ayer, en un intento de mostrar mi sincero arrepentimiento, hablé con Alejandro. Le miré a los ojos y con voz temblorosa le dije:

—Alejandro, lo siento mucho. Prometo que cambiaré. Quiero ser la chica buena que deseas.

Él me miró con una mezcla de dureza y esperanza.

—Espero que así sea, Clara. Ya es hora de que madures y tomes responsabilidad por tus acciones —respondió, su voz firme pero con un destello de esperanza.

                 Hoy decidí dar el primer paso hacia mi nueva vida. Salí al centro comercial con una meta clara: cambiar mi apariencia desenfadada por una más acorde a la imagen de una niña buena y sumisa. Caminé por los pasillos, ignorando las tiendas que solían atraerme. Me dirigí a una tienda con ropa modesta y colores suaves.

                 Después de mucho buscar, encontré varias prendas que parecían perfectas. Elegí faldas cortas pero decentes, blusas de colores suaves y algunas camisetas sencillas. En el probador, me miré al espejo con cada atuendo nuevo. Me veía diferente, casi irreconocible. Pero esa era la idea, ¿no? Ser alguien nueva, alguien que Alejandro pudiera aprobar.

Al llegar a casa, me encontré con Alejandro en la sala. Decidí mostrarle mi cambio de inmediato.

—Alejandro, mira lo que compré hoy —dije, mientras me giraba lentamente para que pudiera ver cada detalle.

Él me observó con atención, sorprendido.

—Te ves muy bien, Clara. Esto es... inesperado —dijo con una mezcla de sorpresa y aprobación en su voz.

                     A partir de ese momento, supe que mi vida cambiaría por completo. Alejandro se convertiría en la figura central de mi existencia, alguien a quien buscaría complacer y de quien buscaría aprobación constantemente. Me di cuenta de que, en cierto modo, había desarrollado un "daddy issue" con él. Sentía una necesidad casi desesperada de ser vista y valorada por Alejandro, de ser la hija que él deseaba y merecía. Y para lograrlo, estaba dispuesta a transformar cada aspecto de mi vida.

Confesiones de una Hijastra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora