Capítulo 14: ' Chistosito'

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Yugi

Yami: Amor, debo ir a, trabajo por un asunto que esos idiotas no pueden resolver solos, regresaré pronto, ¿de acuerdo?- asentí y me besó la frente- cuídate mucho y no salgas, hay comida en la cocina- él se fue y honestamente me volví a dormir.

Cuando desperté, me estiré y acaricié mi estómago, ya voy seis meses, y aunque admito que me aburro porque básicamente no puedo hacer nada, pensé pasearme por a casa un rato, caminé por las habitaciones y pasillos, pero en donde me gusta ir es al cuarto de mi bebé, Yami y yo escogimos el color lila, ya que a ambos nos gustaba ese color, quería ayudarlo pero no me dejó, ya que no quería que me acercara por el olor a pintura y esas cosas que me hacen daño por el momento, aunque pude ayudar a colocar cuadros y juguetes, después bajé a la cocina y si, Yami tiene razón, había comida, pero no había chocolate, ni en barra o para hacer con leche... miré mis zapatos que estaban junto a la puerta y mi saco... sé que no debería, me siento seguro aquí y Yami dojo que no salga... pero no hay chocolate...

Yugi: Prometo que regresaremos a casa, solo vamos por unos dulces- acaricié mi vientre y mi bebé se movió- de acuerdo, vamos y volvemos antes de que papá llegue- me abrigué, me puse los tenis como pude y salí.

Caminé unas... 10 cuadras, debo admitir que me siento con mucha energía, además hace tiempo que no salía así, es decir, tranquilamente, sintiendo el sol abrigando mi piel, respirando tranquilamente y caminando a mi ritmo, sin apurarme, cuando el aroma a chocolate llegó a mi nariz, inmediatamente fui a la tienda, había tantos que no sabía cuál debía escoger... a final me llevé una caja de 30 chocolates de menta y 20 de fresa, me devolví a casa, pero al parecer Yami me ganó...

Yami: ¡Aibou!- me abrazó- me alegra que estén bien, ¿por qué saliste?, te dije que no salieras.

Yugi: Quería chocolate y no había- Yami suspiro y me pellizco los cachetes.

Yami: La próxima avísame e iré por ellos, prefiero que estés en casa, conmigo- se restregó en mi cuello y yo acaricié su cabeza.

Yugi: ¿Podemos salir algún día?, aunque sea caminar por ahí.

Yami: Claro mi amor, pero avísame- después de eso me quedé en la casa por una semana, quería que Yami se quedara tranquilo, además no me disgusta quedarme en casa, solo quiero salir de vez en cuando y ya, tampoco me voy al otro lado... 

Debo admitir que estoy muy tranquilo, yo pensé que en el embarazo me iba a ir mucho peor o que los cambios iban a ser muchos, pero no, hasta el médico me felicitó por eso, resulta que en algunos casos, el embarazo no suele ser tan calmado o muy exhaustivo, así dijo, entonces me lo intento tomar con calma, además tengo a Yami a mi lado, eso me facilita muchas cosas, aunque al inicio si estábamos preocupados por varias cosas, casi todo el tiempo, ahí vamos aprendiendo.

Yami

Apenas empezamos a caminar, yo miraba a todos lados, en todo momento andaba pendiente de que nadie estuviera mirando a mi aibou, mientras tanto Yugi me llevaba a varios lugares, paseamos por un parque enorme, literalmente parece un bosque, cuando veía a Yugi sonreír me tranquilizaba bastante, además me hace sentir bien.

Yami: Aibou, ¿podemos sentarnos un momento?, me duelen las piernas.

Yugi: Si, yo también estoy un poquito cansado- nos sentamos en una banca frente a un lago y Yugi sacó de su maleta pequeña un sándwich- ¿quieres?- vi que sacó otro.

Yami: Tienes que enseñarme a empacar la comida así.

Yugi: Tranquilo, cuando nuestro cachorro tenga que ir con almuerzo a estudiar, algunas veces te tocará.

Yami: Si, lo sé- honestamente yo no sé mucho sobre cuidar a un niño, Mahad siempre cuidó de Mana y de mí, así digamos que mucho cuidado con ellos, no tuve, Mahad fue siempre el responsable por nosotros, pero veo que es hora de pedirle uno que otro consejo, porque quiero ayudar a Yugi con nuestro cachorro.

Después de un rato nos devolvimos a casa y cuando me cambié y fui a mirar como estaba Yugi, estaba dormido, me reí y lo arropé, me quedé a su lado y le echaba el ojo cuando me tocó trabajar, en un momento se acomodó en mi hombro y o ayudé a acomodarse mejor y me abrazó, de verdad me siento la persona más feliz del mundo, y eso que aún no ha nacido mi cachorro.

Hasta el próximo capítulo....

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