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El azabache trataba de hacer memoria a lo que había pasado la noche anterior y lo que pasó de la mañana, odiaba no recordar sus actos así cómo también beber, no le gustaba emborracharse pero aveces se sentía muy mal que no encontraba otra salida.

Alguien tocó la puerta de su oficina. — Pase. — respondió y un cobalto de ojos esmeralda entro al lugar con una bandeja de comida.

El azabache levantó sus orejas al verlo. — Su almuerzo. — lo dejo en su escritorio.

— Gracias. — tomo el cubierto para probar la comida. — Sabe muy bien. — el cobalto asintió.

— Me alegre que le guste. — el azabache lo vio con una ceja alzada.

— Sabes, debes mejorar ese comportamiento, ya llevas mucho tiempo aquí, hasta tus amigos se acopla ron a esta nave y he notado a al grandote muy apegado a mi única mujer tripulante. — el cobalto vio hacía los lados un poco nervioso al escuchar eso.

— Cada quien reaccionó diferente a lo sucedido. — respondió desinteresado.

— Claro, aún estás molesto porque te derrote, amigo si yo no lo hacía alguien más lo hubiera hecho, seguro estarías peor, sabes lo que les hacen esos piratas a sus enemigos. Los matan, los tiran por la borda para ser comidos por sus mascotas y si te lo preguntas, si, si pensé en hacerlo.

— ¿Y porque cambio de opinión? — Shadow dio un bocado a su comida.

Trago lo que tenía en la boca y respondió. — Porque pensé que eras como tu padre, que en unos días estarías bien y que te esforzarías por tu libertad.

Sonic se heló al escuchar eso. — Vete. — hablo de nuevo el azabache algo irritado.

El cobalto se fue de ahí pensativo, el tenía razón, odiaba darle la razón a su enemigo pero por mas que lo negara está haciendo todo lo contrario a lo que haría su padre.

El cobalto dejo al azabache solo como el le ordenó, se sentía patético al salir de ahí.

El azabache solo siguió comiendo mientras pensaba en lo que le había dicho, enserio que le parecía un poco molesto el comportamiento de el chico.

Termino su comida y haciendo a un lado los platos se dispuso a ver sus papiros y cartas que le habían enviado, mientras revisaba esos papeles sintió cómo un click hacía en su memoria, todo lo que había hecho en sus momentos de ebriedad llegaron a su mente, un sonrojó se apoderó de sus mejillas y de sus labios solo salió un balbuceo.

— Se llama.. Sonic. — suspiró al recordar.

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Sonic se sentía mal, sentía que había deshonrado a su padre y decepcionado a su madre. Su madre, que pensara de el al saber cómo terminó.

— ¿Estas bien? — interrumpió sus pensamientos la cobalta.

— Si, solo tengo un poco de hambre.. — respondió despistando la.

— Creo que deje un poco de comida en la cocina, porque no vas.

— No creo que te regañen por salir a la cocina. — comento Tails.

— Si, ahora que ya los conocemos más son buenas personas. — sus dos compañeros sonrieron de lado.

— En especial Rouge, ¿No? — dijeron en unísono y el equidna se sonrojó.

— No se de qué están hablando. — los dos negaron divertidos.

— ¿Que hay de usted? — se dirigió a su antiguo capitán.

༻𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑎𝑙𝑡𝑎 𝑚𝑎𝑟 ༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora