VI

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— Entonces.. dime. ¿Cómo lo conociste? — saco tema de conversación a un Shadow quien dirigía el barco.

El se encogió de hombros. — El, solo fue un gran amigo que hice antes de vivir en el mar. — respondió ignorando que el lo miraba.

Sonic al ver que el azabache no tenía intenciones de hablar con el; solo se acercó a sus compañeros quienes estaban con Mepchiles. — Aún no entiendo porque salimos así de la nada solo por un deseo tuyo. — lo señalo.

— Le pagaré al capitán por eso acepto mi petición.

— ¿Pagarle? ¿Si sabes en qué condiciones estás, no?

— ¿Pagarás con tu cuerpo..? — pregunto sorprendido Knuckles.

— ¿¡Que!? ¡No! Solo le haré un favor.

— El te obligaría a que le hicieras ese favor sin necesidad de hacer esto. — Sonic rodó los ojos ya cansado.

— Bien, entonces pregúntale a tu Capitán. — se alejó de ellos algo molesto.

— Mepchiles. — llamó Shadow.

— ¿Si, capitán?

— Cuida el volante, y avísame cuando lleguemos a la India. — el vetado de verde lo vio sorprendido.

— De acuerdo. — se resignó.

Shadow se acercó al cobalto y lo jalo del brazo, bajaron del castillo de Proa para entrar en el.

— ¿Que tramas erizo? — murmuró Mepchiles mientras veía a los dos erizos.

— Tu Co-Capitán empieza a irritar un poco.

— Ah.. ¿Mepchiles? — respondió sentándose en su oficina.

— ¿Hay otro Co-Capitán?

— Si, Rouge. — respondió con una sonrisa ladina.

— Y yo cómo lo iba a saber. — murmuró molesto. — Tu también eres irritante. — Balbuceo ahora.

Shadow solo rió por su comportamiento. — ¿Mepchiles te hizo algo? — pregunto señalando una silla frente a su escritorio, Sonic tomo haciendo en este y suspiro frustrado.

— No es solo el. — bajo la mirada. — Son todos aquí. Extraño tener el mando. — Shadow lo vio sin expresión en su rostro. — Sin ofender.

— ¿De donde eres? — pregunto ignorando su comentario.

— De Dandelion, donde los dientes de león abundan a montones. — Shadow quedó ido un momento al escuchar ese nombre, el ver o mencionar esa flor sentia un sabor amargo en la garganta.

— Tal vez vayamos después de ver al escritor.

— Si tú no me mataste mi mamá lo hará al saber cómo termine. — Shadow soltó una leve risa mientras negaba.

Se agachó un poco para tomar algo de un gabinete. — Mira. — le mostró un libro de pasta de cuero el cual estaba cerrado con una liga.

— ¿Que es esto?

— Es el libro de los cuentos de las mil y una noche. O almenos el que yo tengo.

— ¿Por que la pasta es así? — Shadow suspiro.

— Hubo un accidente y cayó al agua, la pasta se hecho a perder pero protegió las páginas.

— ¿Tu mismo lo arreglaste? — pregunto al ver lo bien que estaba la pasta de cuero, era como si ya de por si fuera del libro.

— No, lo hizo Aladdín. Es el que escribió el libro.

— No lo creo... — respondió sorprendido.

༻𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑎𝑙𝑡𝑎 𝑚𝑎𝑟 ༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora