VIII

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— ¡Vamos todos! Zarparemos en unos minutos.

Los ruidos descomunales se escuchaban por todo el muelle. Un niño caminaba por ahí viendo todo a su alrededor.

— Quítate del camino. — hablo molesto.

— Lo siento, no fue mi intención. — se quitó de ahí muy asustado.

— ¡Atención! — grito un hombre de baja estatura parado en un banco en medio de la plaza. — Henry Every vendrá de visita a Candás. Porfavor den lo mejor de todos, no queremos ser enemigos del Rey pirata.

Las orejas del pequeño se levantaron sorprendido al escuchar eso. — ¿Un rey pirata? — hablo risueño.

— Sip. — hablo alguien al lado de el. — Soy Mepchiles. ¿Y tu eres? — pregunto un erizo más pequeño que el que llevaba varios periódicos en sus brazos.

— Shadow.

— Bien, Shadow. Veo que estás interesado en Every, yo puedo brindarte mucha información sobre el.

— ¿De verdad? — sonrió y el vetado menor asintió.

— Solo tienes que darme unas monedas.

— ¿Que?

— Son negocios amigo. Yo vendo diarios, son los mejores chismes que podrás leer.

— Pero no tengo dinero y tampoco se leer.

— ¿Cuando dije que te daría un diario? Yo mismo te lo diré con mis propias palabras. Pero no tienes dinero eso lo hace difícil. — el pequeño vio sus pies pensativo.

— ¿Y si te consigo algo de comer? — el menor alzó la mirada.

— Eso suena bien para mi.

— ¡Mepchiles! ¡Te pago para trabajar mocoso, no para estar hablando con tus amigos! — grito una mujer robusta a unos metros de ellos.

— Ves ese callejón de haya. — el mayor asintió. — Te veo ahí al anochecer. Espero traigas algo rico porque muero de hombre.

El azabache suspiro al ver al menor irse, ¿Cómo iba a conseguir comida ahora?

— ¡Lleve su pescado! ¡El más fresco de todos! — el azabache sonrió de lado al verlo. Tenía una idea.

— ¿Y a ti que te paso? — lo vio de pies y cabeza. — ¿No me digas vamos a comer gallina? — sonrió entusiasta. — Shadow escupió un par de plumas.

— No. Comeremos pescado.

— Chico, como eso todos los días. — Shadow bajo sus orejas desanimado.

— Pero fue lo único que pude conseguir. — se rasco su nuca, su cuerpo estaba lleno de rasguños.

— Nah. Es mejor que nada. Vamos. — entraron al callejón. — Perdona lo poquito. — saco un sartén de una caja de madera.

Ambos sonrieron.

Después de unos minutos ambos habían comido satisfactoriamente el pescado que Shadow había llevado.

— Entonces dime. ¿Que sabes de Every?

— Claro, prometí eso he. Henry Every, era un tripulante de bajo rango y de la nada con sus propias manos mato al capitán de su barco para tomar su lugar, con el tiempo se hizo un pirata muy reconocido, descubrió objetos majestuosos y terrenos vírgenes.

༻𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑎𝑙𝑡𝑎 𝑚𝑎𝑟 ༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora