3. Dulce

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Nota: François usara ambos pronombres (él / ella)


El sol estaba en su punto máximo, una brisa fresca y cálida agitó las hojas de papel en el suelo.

La niña fue rápida y coloco algunas piedras evitando que salieran volando y sus dibujos se arruinaran, reacomodo las hojas y tomo un carboncillo mientras imagina su siguiente obra de arte, debía admitir que era mucho más cómodo dibujar en papel que en pedazos de cuero o en el suelo, la tinta del carbón se adhería bien y podría llevarlo consigo a donde quisiera.

Saco la lengua mientras daba los toques finales a su proyecto asegurándose de no perder ni un solo detalle.

Cuando se sintió satisfecha dejo el carbón a un lado tomando la hoja manchando la hoja con sus dedos negros por la tinta admirando su obra de arte, a la derecha del dibujo estaba Senku sosteniendo una botella, a la izquierda se encontraba Gen lanzando flores al aire y en medio estaba ella con las manos al aire celebrando, dibujo algunos girasoles y árboles alrededor junto con un sol en una esquina.

Satisfecha salió corriendo dejando el resto de materiales en el campo. Logró esquivar a algunas personas deteniéndose un momento para saludar a los habitantes de la aldea, siguió su camino hasta la choza del laboratorio, abrió la cortina de golpe sorprendiéndose al ver a Senku explicando a los demás generales los planes de modificación para el Perseo, detuvieron su conversación al notar a la niña la cual se sobresaltó y termino disculpándose por interrumpir dando media vuelta para no molestar.

El grupo se miró un momento dudoso antes de retomar la conversación, una parte de ellos tuvo curiosidad sobre la repentina visita de la niña, decidieron dejar el tema para más tarde y concentrarse en cómo distribuir el trabajo en el Perseo.

La pequeña sintió su rostro ponerse rojo por la vergüenza, debió asegurarse de que estuviese solo o pudo simplemente ir a buscar a Gen y que este le entregara el dibujo, también pudo haber esperado a encontrárselo por ahí o de plano no mostrarle su arte. Apresuro su caminar hasta el claro del campo donde estaba dibujando empezando a cargar sus cosas para guardarlas en su casita, nada más abrir la puerta de su hogar la soledad y el silencio la recibió. Desde que tenía uso de razón había estado sola a pesar de estar acompañada por los habitantes de la aldea Ishigami no podía evitar ese sentimiento.

No recordaba a sus padres, solo sabe que murieron cuando ella aún era un bebé "un día simplemente no despertaron cuando llorabas por hambre" esa fue la explicación que le dieron, desde entonces se había vuelto independiente, había madurado antes de tiempo y a la mayoría de los pueblerinos no le importo realmente ya que tenían sus propias familias de quienes hacerse cargo, no fue abandonada por completo ya que muy tranquilamente podía ir y pedirles ayuda en algo y ellos iban a tenderle la mano, pero no se sentía parte de una "familia"

Apretó los bordes de su capa oscura inhalando profundamente, a pesar de que el clima era cálido sentía frio en su casa.

Su estómago gruño levemente por lo que decidió salir en busca de Francois para pedir un bocadillo, el mayordomo revisaba algunos suministros clasificándolos de acuerdo a la calidad del producto.

- Francois ¿puedo pedirte una cosa?

- Por supuesto joven Suika, dígame ¿Qué puedo ofrecerle el día de hoy? - la mayordomo hizo una gentil reverencia a la niña.

- ¿me puedes hacer un bocadillo? Como algo dulce y ligero.

- Mmm... algo dulce y ligero, una rosquilla, una ensalada de frutas, una paleta de caramelo...

DEJA VU SengenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora