Luna nueva

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  "Luna nueva"

En la acogedora madriguera, Harry, Ron y Hermione compartían una cena. El aroma de la sopa de Molly Weasley llenaba la habitación, y Ginny, sentada al otro lado de la mesa, no podía evitar mirar a Harry. Pero su atención se desviaba hacia el severo rostro su padrino, Sirius black, quien hablaba en voz baja sobre una misteriosa chica que pronto se uniría a Hogwarts.

— ¿De quién hablas? — preguntó Harry, curioso.

— Claro que hablo de la última Rosier — respondió Remus, su mirada fija en el fuego de la chimenea.

— ¿Última Rosier? — preguntó Harry, intrigado.

— Remus, silencio — pidió Molly, su expresión tensa. Algo importante estaban ocultando.

— Debe saberlo — se adelantó Arthur, mirando a Harry con seriedad.

— ¿Qué debo saber? — insistió Harry, sintiendo que había algo más en la historia.

— Eso, ¿qué debe saber? — se interpuso Ron, con una ceja alzada.

— Ron, silencio — dijo Hermione, su mente trabajando a toda velocidad. La última Rosier... ¿qué secretos guardaba?

— Después de la cena, Sirius. — pidió Molly y su pedido fue concedido.

Ginny, nerviosa, se acercó a Harry después de la cena. Extendió una galleta hacia él, pero Harry no parecía interesado en la comida. Sus ojos seguían fijos en Remus, y su voz era firme cuando preguntó:

— ¿Quién es la chica de la cual hablan?

Ginny se tensó. Sabía que la chica no debía ser nombrada. Con un gesto rápido, le entregó la galleta a Harry.

— Toma, Harry — dijo, su voz apenas un susurro.

Harry tomó la galleta y la comió, más por inercia que por hambre. Luego, miró a Ginny con determinación.

— Cuéntame sobre la chica Rosier — exigió.

Pero algo cambió en Harry. Sus ojos se nublaron, y su expresión se volvió distante. La galleta, sin duda, contenía amortentia, la poción del amor. Ginny había revelado más de lo que debía, y ahora Harry estaba bajo su influencia.

La tensión en la habitación aumentó. Ginny se mordió el labio, arrepentida. ¿Qué secretos desvelaría Harry bajo el efecto de la poción? Solo el tiempo lo diría.

— Harry vamos a dormir, mañana debemos subir al tren para dirigirnos a Hogwarts. — Se interpuso Ron.

Harry le sonrío a ginny como tonto y la saludo con un beso en la mejilla. Mientras iban al cuarto ron le hablaba y Harry solo pensaba en ginny.

— ¿Me escuchas Harry? — Pregunto ron mientras se ponía frente a el.

— Si, si claro. — Movió su cabeza Harry de un lado a otro.

— ¿Entonces?— Ron lo miraba esperando respuesta.

— ¿Que? — Pregunto Harry.

— ¿No te da miedo que algo pase con la última integrante de la familia rosier? — Recopiló la pregunta.

— No, no ya no. — mintió Harry.

— Bueno, espero que no pase nada malo este año. — Se acostó en su cama ron.

— ¿Por qué pasaría? — Harry se sacó los lentes dejándolos en la mesa de luz a su costado y acomodándose en su cama.

— Si está protegida por un relicario está claro que no podremos usar nada en su contra. — Susurro ron.

— ¿Por qué lo haríamos? — Pregunto sin entender Harry.

— ¿Harry, estás bien? Hoy en la mesa contaron lo que podría pasar. — Soltó un leve suspiro ron.

— Eh no, no preste atención. — Harry cerro los ojos.

— Hasta Sirius está aterrado, tiene miedo de que ella quiera venganza por su padre. Da igual, no pasará nada seguro. — Ron se tapo completo.

— Sí venganza, claro. — Harry no podía ocultar su curiosidad pero el "enamoramiento" hacía ginny era repentino y no lo dejaba pensar.

— Descansa Harry. — Ron apagó la luz de la vela en su mesa de luz.

— Descansa.. — Harry apagó la luz de su vela y todo su cuarto quedó oscuro.

Debían dormir para el día siguiente llegar al tren temprano, espero tengan suerte, ¿Ustedes también?

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