⚔ Vol. 2 / Cap. 25 La batalla de las Laderas de Trabalomas Parte 1

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Tras el incesantes bombardeo, los orcos seguirían avanzando aún con toda la masacre, cosa que Lothar hizo una seña a los líderes de su unidad y a continuación, con un gesto, les indicó que avanzaran.

Ellos, a su vez, dieron la orden a sus heraldos, quienes soplaron sus cuernos de batalla para dar la señal de avanzar.

En unos minutos, todas las fuerzas de la Alianza estaban desplazándose, marchando a pie o cabalgando a lomos de sus monturas con paso firme por las colinas, mientras descendían hacia la orilla

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En unos minutos, todas las fuerzas de la Alianza estaban desplazándose, marchando a pie o cabalgando a lomos de sus monturas con paso firme por las colinas, mientras descendían hacia la orilla.

Mientras recortaban la distancia que los separaba de su destino, Turalyon fue capaz de distinguir aún más detalles del enemigo, podía apreciar que eran de complexión robusta y poseían unos pechos fuertes y unos brazos largos y vigorosos; asimismo, avanzaban dando grandes zancadas.

Blandían diversas armas; hachas, martillos, espadas y lanzas. Y eran innumerables pese a todo aquel ataque anterior.

Lothar, desenvainaba su descomunal espada magna con un solo movimiento. La sostuvo en alto, de tal modo que las runas de oro de su hoja reflejaron la luz.

¡llego el momento guerreros! ¡Ataquen! ¡Por Lordaeron! (Espoleó a su caballo y este, de un brinco, salió corriendo y atravesó las filas de la Alianza, mientras el león dorado del escudo de su jinete centelleaba)

Acto seguido tu también te lanzarías al ataque seguido por Eleanor. Conrad reaccionaria poco después al igual que el resto de sus hombres en avanzar.

¡Maldita sea! (exclamó Turalyon, quien espoleó a su propio corcel para que cabalgara al galope y saliera corriendo tras su comandante y sus compañeros, mientras aferraba con firmeza su martillo y se colocaba el yelmo en su sitio)

Magnus galoparía en su caballo para acto seguido desenvainar su espada de su espalda. Tomarías grandes bocanadas de aire mientras observabas de cómo una ves más te lanzabas a la lucha.

La distancia entre ambas fuerzas era más corta hasta que finalmente estarían frente a frente.

Lothar derribaría a varios de ellos con su primer mandoble y unos cuantos avanzaban hacia su montura, dispuestos a derribar al Campeón y despedazarlo.

¡No! (vociferó Turalyon, quien atacó con su martillo en cuanto estuvo cerca de él, acertando de lleno a un orco en la cabeza)

La criatura cayó al suelo sin pronunciar apenas grito alguno. Al instante, Turalyon noqueó a otro con su escudo, alejando a ese orco el tiempo suficiente como para poder alzar su martillo otra vez y machacar a ese otro monstruo también.

Magnus blandiría su espada abriéndose camino entre los orcos sin darles tiempo de defenderse o contraatacar siquiera. Eleanor permanecería a tu lado y cubriría tu espalda, pero en sus ojos se podía ver la ira y el odio que sentía por esas criaturas.

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