Atracción - Omegaverse

04

Parker se encontraba sentada junto a Eugene, viendo como su prima intentaba encontrar una vestimenta adecuada.

No es que Wednesday Addams se preocupe por eso, pero tanto su querida prima y su mejor amigo estaban presionando tanto que no tuvo de otra que calmarlos haciéndoles caso.

Aún como Omega dominante se sentia tonta por darles la razón, peor hasta su padre le dijo que era importante esa cena.

Las cenas de negocios en la mansión Addams es otra cosa que las de búsqueda de pareja, más serias y muy importantes. Es por y para la familia y.. el negocio.

Y como futura dueña de la herencia Addams (aunque ella no quería), debe aprender del negocio y también como incrementar el dinero de la familia.

Sin más tuvo que dignarse a apoyar al cien por ciento esa noche.

- vestido negro con adornos blancos esta bien Wednesday - dice el chico de lentes, el se encontraba muy sonriente viendo todo.

Parker intenta evitar reírse, pues todos los vestidos que tenía la chica eran negros con algún adorno blanco.

- ¿en serio? - mira Wednesday a los dos con la ceja alzada.

La cena era con los Sinclair, una familia que hace poco comenzaron a mejorar su economía y se habían vuelto algo llamativos. Abrieron un restaurante hace un tiempo atrás que le estaba llendo muy bien, y los Sinclair pidieron un favor a los Addams desde hacía unos meses.

Ahora que ellos tenían la oportunidad para reunirse con ellos, se pondrían de acuerdo con la petición y Gomez Addams estaba dispuesto a negociar algo bueno para ambas partes.

- maldición - murmura Wednesday exasperada.

- te ayudaremos - dice Parker porque ya se estaba acercando la hora de la cena.

Con pocas opciones disponibles para un corto tiempo, Parker y Eugene lograron decidir con algo elegante pero no tan exagerado. Con ellos dejaron que Wednesday se maquilló, pues Eugene solo fue para dar su apoyo moral y Parker para burlarse después.

Wednesday se miraba al espejo, no le gustaba usar maquillaje. Más que las sobras y algo de bálsamo para sus labios, pues le gustaba parecer muerta de vez en cuando.

Sin más opciones, se puso una base en toda la cara y su típico delineado oscuro, para luego usar algo de color en sus labios. Su cabello se lo ató en un chongo sencillo, de último agarro su collar favorito (uno que le regaló su madre) para luego mirarse otra vez ya lista al espejo.

Suspirando dice al final. - que empiece la tortura - con una mueca como intento de sonreír, toma su celular y sale de su cuarto.

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Enid se encontraba que no se creía lo que veía, pues de que manera tan extraña termino siendo su día.

Esa tarde sus padres le pidieron que llegara de inmediato a casa, para luego informarle que tendrían una reunión con la familia Addams.

Una que no es para bromas.

Los señores Addams aceptaron tal reunión para mejorar su oportunidad en hacer una franquicia de restaurantes, lo malo es que no tenían el dinero adecuado pero si el lugar.

Por eso decidieron pedir ayuda de ellos.

Pero eso no cambia que estaba enfrente de la mansión Addams, asustada y preocupada.

Sentia que su saliva iba a hacer que se ahogue ahí mismo, se sentia tan mal en ese momento que solo quería escapar.

- ¿porque mis hermanos no vinieron también? - pregunta nerviosa la chica.

Estaba a punto de entrar a una mansión oscura y lúgubre, que también tiene pinta de estar embrujada... cualquiera se pondría nerviosa, hasta un Alfa.

- porque ellos no tienen el nivel para estar cerca de los Addams - habla directa su madre, todo termina siendo político, social y negocios.

- esta bien - responde Enid derrotada, sus hermanos son omegas y betas, claro que no pueden estar cerca de Alfas y omegas de buena sangre.

Ya se encontraban en la entrada, los tres miraban la oscura puerta de madera. La mansión Addams era tétrica pero tenía su toque antiguo que Enid no dejaba de elogiar en su mente, ella era fan de las casas viejas y era un echo, la casa que tenía enfrente era una muy antigua.

- recuerden - empezó a decir su madre Ester. - cuiden sus palabras, no queremos espantar esta oportunidad y lo digo en serio - mira fijamente a su marido, aunque el no solía ser platicador había veces que se dejaba confiar y se soltaba a hablar de su pasión: "la pesca"

- entendido - dicen los dos serio.

Al entrar lo primero que ve Enid es al hombre alto de traje y pálido. Se sorprende mucho pues si que era alto, luego ve como todo apariencia del exterior no es nada comparado con el interior. El aspecto que tiene en cada rincón era sorprendente, cada cosa que podía ver desde su lugar en la entrada podía decir que ese lugar era antiguo y sin lugar a dudas una reliquia de la historia.

Luego aparecieron sus dueños.

Gomez Addams como siempre luciendo un traje elegante oscuro, mostrando la elegancia misma. Su esposa, Morticia estaba a otro nivel. Su envidiable cuerpo estaba entallado en el vestido, era como si el vestido fuera creado para ella y no al revés.

Ambos saludaron cortes mente a sus invitados, explicando algunas cosas en el camino sobre la historia Addams. Mostrando que estaban en un nivel sin precedentes, algo que la apariencia de los Sinclair claro dejó en vergüenza, ya que ellos aún no se acercaban ni a sus talones.

Una vez llegaron al comedor, se sentaron frente a los Addams para esperar la comida.

En todo momento los padres de Enid hacían comentarios inteligentes sobre cada tema que incluyen los Addams, no querían parecer ignorantes ante ellos por eso llevaban tiempo aprendiendo sobre etiqueta y modales.

Ser un clan grande pero no estar entre los más poderosos mostraba que no estaban tan listos como los Addams, pero no iba a detenerlos para subir de nivel. Pues desde que salió a la luz que Enid era de una buena clase de Alfa, claro que no dejarían que su apellido se desperdicie.

- entonces... - empieza a decir el señor Gómez, viendo fijamente a Enid. - ¿como tomates tu nuevo puesto entre los grandes pequeña? - pregunta mientras el mismo hombre alto llegaba con un carrito unas bebidas y a todos le entrega el mismo contendido.

Se lo piensa bien, pues no quería arruinar la oportunidad de sus padres por su lengua. - asfixiante, señor - sus padres la miran horrorizados, eso fue demasiado directo.

- oh, ¿en serio? - pregunta interesada Morticia.

Pero antes que cualquiera de los precentes pudieran decir algo, una persona llegó al comedor como sombra.

- buenas noches, lamento la demora - se pudo oír la voz, para Enid sonaba un poco escalofriante.

- ¡que bien! - suena la voz alegre del señor Gomez, que se puso de pie hasta llegar a la recién llegada. - déjeme presentarles a mi primogénita - el hombre toma de los hombros a la chica y la acerca hasta que los tres invitados le miren bien. - ella es mi pequeña, Wednesday Addams - cuando Enid pudo apreciar a la chica, solo tenía una idea en mente.

"MIA"

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1179 palabras.