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Le gustaba Félix?
Esa era la pregunta que a cancelo lo tenía sin dormir toda la noche, se estuvo carcomiendo con sus pensamientos tratando de resolver a esa pregunta, y la conclusión a la que llego fue que no. Solo le molesta que félix no se inmute a su presencia ya que el siempre se rodea de las persona, amaba la atención de los demás. Y le jodia que el castaño sea el único que no lo notará, al parecer prefiriera no tenerlo cerca por que ¿a quien no le gustaría tener la atención de cancelo?
Si, era eso, no podía gustarle el chico que lo ignorara y tenía toda la cara de ser antipático, además todo su semblante era serio, bueno se veía más atractivo pero lo ponía nervioso que lo mirará así cuando se acerco de más a él. Siempre tiene que estar rodeado de sus dos amigos que también le caia mal por la pequeña conversación del otro día, siempre lo miraban mal cuando lo descubrian secretamente observando al otro portugués hasta en parte gavi y pedri le daban miedo. No lo traten por obsesivo ni acosador, estaba haciendo un trabajo para poder descubrir como seguir siendo la estrella del curso y tener más chicos y chicas a sus pies, por qué sí, sabía perfectamente que tenía a más de una suspirando por él. Menos al otro portugués.
De modo que esa mañana se levantó de su cama, dispuesto a darse una ducha para luego vestir el uniforme perfectamente planchado, desayunó lo que le cocinó la empleada y salir al garage para ir rumbo a su escuela con su madre que iba a dejarlo por esta vez por que le quedaba de pasó a su oficina.
— joao mira la cara que tienes — resondró la mujer de cabello pelinegro mirándolo desde el retrovisor. Cancelo al escuchar sus palabras salió de sus pensamientos que empezaban a invadirlo nuevamente, definitivamente iba a hacer algo contra félix para resolver la nueva duda que surgía — horrible tus ojeras
— no pude dormir bien, lo lamento — admitió el portugués mirando a otra parte que no sean los ojos de su madre que lo intimidaba aún más cuando usaba esa voz de mando — ¿se nota mucho?
— demasiado — confesó la mujer con una mueca asqueada viendo aún más la ojeras marcadas de joao, con su mano libre tomo su bolso para ponerlo a la vista del de tez morena oscura para que lo tomará — saca una base y corrector de ojeras para que se te noten menos.
El menor empezó a rebuscar dentro de la bolsa un potecito indicándole a su mamá si esa era la correcta, al recibir el asentimiento de su progenitora, guardo las cosas que había sacado por rebuscar y le dio a su madre.
Se bajó del carro de su madre para emprender camino a los adentros de su escuela, trató de despedirse de su madre pero está ya se había ido. Suspiró ingresando a su escuela con cautela, no sabe el por que se sentía tan cohibido con ese tipo de cosas, como si fuera algo raro que te pongas maquillaje, pero debía hacerlo por las palabra duras de su madre, no es que vea mal el ponerse maquillaje pero tenía miedo a que alguien lo capatara haciendo eso.
