ᦔꪮꪶꪮ𝕣

196 10 1
                                    

♡♡♡

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

♡♡♡

Después de ese pequeño encuentro de miradas, cancelo se dirigió al baño junto a su amiga Clara, ella le dijo que cualquier cosa le avisara si se sentía mal iba a estar afuera esperándolo. Tenía que admitir que Clara estaba haciendo sus méritos para ser pareja del portugués, ahora podía hasta considerar a parte del idiota que se colaba en su corazón llamado félix a la rubia de ojos bonitos.

No como la tal margarita que sin dudar alguna le cae mal apenas pisar el salón de clase, no es por que ella halla hecho algo, definitivamente no, pero tan solo de ir a la casa del otro portugués podía odiarla en unos instantes. Encima el otro caradura del horrendo castaño ya la llamaba magui, uy si magui, ¿que tenía ella que no tenía cancelo? Exacto, nada, cancelo era perfecto la otra no. Por favor alguien que le quite la venda de los ojos al idiota del castaño.

Como sea, fue a mojarse un poco la cara, observando como pequeñas bolsas advertian en posarse. Pensaba que había dormido bien los días anteriores aun con su mente llena de confesiones por la actitud del otro, a ver debía de ser tolerante con el mismo por sus pensamiento tortuosos cada noche. Aún podía recordar aquella vez que él otro lo maquillo para ocultar esas ojeras violetas, ahora como le diría que lo ayude nuevamente. No podía hacer eso, debía de hacerlo el mismo, no era un niño de 5 años al que le deben ayudar todo el mundo, debía de hacerlo el mismo.

Además como dijo félix "mimado", tal vez lo consideraba así por haberlo ayudado a maquillarse, debe haber pensado que el nunca hace las cosas por si solo y por eso ahora lo llamaba así. Su mirada decayó totalmente a ese pensamiento, que tal si félix para cancelo solo era un chico al que se estaba burlando, para conversar con sus amigos y reírse de lo tonto que era, ahora entendía por que el otro parecía una persona tan noble a simple vista. Su madre en algo tuvo razón "nunca confíes en los demás, solo en ti" y ahora había tropezado de mala manera callendo en las manos de Félix y aún su incauto corazón pensaba en perdonarlo de todo eso.

No, cancelo jamás perdonaría eso, tenía ganas de insultar al otro en todos los idiomas que sea posible, ni que se lo cruze o soltaría toda su furia guardada en el delgado cuerpo del otro. Y si se ponían a pelear él podía ganar, no podía, debía ganar y iba a ganar, por algo se puso en academia de karate a los 13 años, ahora solo debía sacar a relucir esa característica de él. Que ni se lo cruze el contrario.

No podía negar que le dolía un poquito las palabras soltadas por el otro, tal vez ahora debía de aparentar que no se inmutaba al comentario de félix, pero cuando llegaría a su cama lloraría toda la noche hasta quedarse dormido, pero eso sería un secreto que debe guardar solo para él. Su corazón debilucho no aguanta nada de eso, pero su mente si, debía de despejar todo pensamiento o sentimiento hacia al otro y respirar profundamente para aliviar toda tensión. Sí, eso debería hacer, ya no debía de darle tanta bola al asunto ese, ya no debía de preocuparse por félix, ya no. Solo debía estar enfocado en sus clases y amigos, sus verdaderos amistades en realidad, los que siempre estaban ahí para él, por ejemplo era Clara y Raphinha con Araujo. Aunque los dos niñatos de gavira y pedri hallan dicho lo peor para ellos, él los consideraba buenos amigos.

T   í   m   i   d   o | ʲᵒᵃᵒ ᶠᵉˡⁱˣ ˣ ʲᵒᵃᵒ ᶜᵃⁿᶜᵉˡᵒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora