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Cancelo al pisar su nueva escuela fue el centro de atención, su nombre se murmuraba en todos los pasillos. No le desagradaba para nada, eso llenaba en alguna manera su ego, se sentía totalmente contento por ser tan enfocado el primer día.
La mañana ya empezaba dando a su primer día, se encontraba subiendo las escalera para dirigirse a su aula correspondiente. Cuando caminaba a pasos lentos pudo ver algunas chicas asomarse descaradamente en las ventanas murmurando de donde provenía y su nombre. Los hombres no se quedaban atrás, algunos lo saludaban con una sonrisa y otros solo preguntaban cual era el nombre de cierto desconocido que había robado la atención a toda su escuela. Joao cancelo con una sonrisa ladina con total orgullo plasmada en su rostro sonreía a cada persona que pasaba, era su día y no pensaba desperdiciarlo, aunque por dentro sabía que iba a ser siempre el centro de atención.
Cuando entro en su curso pudo sentir todas las miradas posarse sobre él, algunos grupitos se volteaban y empezaban a murmurar su estadía en su a salón. Su profesor lo presentó frente a todos, mencionando que era de Portugal causando aun más la atención de algunos y que logró con facilidad desatar el brillo en algunos mujeres. No se sintió tímido en algún momento, solo observaba a todos en el salón pasando la mirada en cada rincón del aula, escaneado de cierta manera a todos sus compañeros que lo miraban con una sonrisa, pero había un castaño desprevenido de todo el revuelo en sus compañeros, concentrando su mirada en ese chico de tez morena preguntandose a él mismo el por que este no hablaba de su llegada o si quiera se inmutaba a escuchar atentamente como sus otros espectadores. El profesor dio unas indicaciones más para luego decirle que se siente con un tal joao félix, teniendo algunas miradas decaídas y otras con unas confusas, cancelo vio como el profesor señalaba para que tome asiento y jamás pensó que iba a ser el de tez morena, hasta se llamaba igual que él...
Félix era totalmente tímido, lo sintió apenas tomó asiento junto a su lado, él decidió saludar con una sonrisa al de cabellera revoltosa, tirándole el mejor de las ondas para que vea que pueden ser amigos y el otro no hizo más que sonrojarse al chocar miradas, murmurando casi en hilo su nombre y voltear la mirada en otra parte ignorando totalmente su presencia.
Ignoro casi la última parte cuando vio el carmesí en sus mejillas, causando ternura en cancelo... Ese era él efecto que siempre causaba él cuando pisaba cualquier escuela, podía hablar con cualquiera y se hacía amigos en un parpadear, así que no sería difícil hacer amigos con su compañero de banca que era muy tímido. Llamenlo egocéntrico, pero él sabía perfectamente que era muy atractivo a la vista de las demás personas y que siempre recibía ese tipo de atenciones en cualquier parte, no podía evitar tener cientos de amigos.
Al tocar el timbre del receso, no pudo dirigirle más que ese insignificante cruce de palabras. Primero porque félix al escuchar el receso se paro inmediatamente y se dirigió a su grupo de amigos sentados adelante de ellos importandole poco su presencia y casi irse ahí mismo que toco el timbre aun con el pequeño revuelo cuando el sobrante del salón inundaba a cancelo preguntándole qué es lo que lo había traído a esa escuela, como es que sabía hablar español y otros sobre su país natal. A lo que él comentó que, si bien había nacido en Portugal, sus padres siempre lo llevaban a viajes por su trabajo en cada parte del mundo, aprendiendo así más el español, además que manejaba otro idioma a parte del portugués y español. Está expresión solo hizo sorprender a sus compañeros consiguiendo algunas miradas de admiración y otras personas murmurando que debían hacerse lo más pronto amigo del "chico popular" .
