Cuando los caminos de Guido y Mila se cruzaron en el 2013 el mundo tembló y las llamas comenzaron a prenderse
Aunque la primer mirada que cruzaron se sintió como si se conocieran de antes, nunca lo habían hecho.
No en ese mundo
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Dos años.
Dos años llevaba trabajando con los hermanos sardellis y hace nueve meses que no los veía.
Había entablado una relación de confianza con cada uno.
Llevaba como tratar a cada uno.
Y con Guido no peleaban tanto como antes.
Sabían como tratarse y joderse, aunque a veces no sabían cuando parar y terminaba mal.
Detalles.
Hace nueve meses que los Sardellis estaban descontrolados, hacían lo que querían, estaban con quienes querían y demás.
El más civilizado era Gastón.
Pero todo lo que Mila había logrado se había ido a la mierda en cuanto no volvió en un mes.
Pato y Guido se drogaban y se acostaban con las chicas que quisieran, llegaban a la hora que se les cantaba al estudio y lo peor es que dormían y no hacían nada.
Mila pensaba en eso mientras manejaba en dirección a la fiesta donde sabía que estaban ahora mismo.
Miércoles a las dos de la mañana.
Mila hizo una seña cuando los guardias de seguridad hicieron el amage de detenerla, ellos inmediatamente se alejaron cuando la vieron.
La morocha se había alejado por el hecho de sentir cosas que no debía.
Luego de esos dos años Mila había comenzado a sentirse demasiado atraída por el menor de los Sardellis y no quería eso.
Estaba mal.
Ella era una profesional y la mánager de la banda, el era su cliente y solo eso.
Tuvo que alejarse al no poder dejar de mirarlo, al tener ganas de acercarse.
Estaba mal, ella lo odiaba demasiado.
Ella iba pensando eso mientras subía al vip del lugar, cuando mostró su identificación se adentró caminando a pasos firmes.
La música tapaba el ruido pero cualquiera que la viera podía imaginar el sonido de los tacos al ella caminar.
Estaba seria, junto a un vestido negro pegado a su cuerpo y su mirada verde fría.
Estaba furiosa.
La llamada de Maxi nervioso, ella sacándole la verdad y enterándose que este mismo cubrió el desastre que ocurría la hizo enojarse.
Hace ocho meses los hermanos estaban descontrolados y decidieron ocultárselo.
