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CAPÍTULO 22: INTOXICARME

Cuando Guido despertó visualizó a la morocha de espaldas a él tranquila mientras dormía

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Cuando Guido despertó visualizó a la morocha de espaldas a él tranquila mientras dormía.

El recordó todo lo de anoche y quiso pegarse a si mismo por haber sido tan estúpido, no podía creer que había dejado que esa desconocida se le acercase, se había drogado y encima le había recriminado a Mila el hecho de su ida.

Era un idiota.

Solamente por haberse enojado como un nene chiquito que no sabe aceptar cosas que no le gustan.

Pero odió que ella lo ignorara.

El quería tener su atención siempre.

La abrazó mas fuerte viendo como ella adormilada se daba vuelta acurrucándose contra el y besó su frente para tapara a ambos de mejor forma.

Ella de a poco se despertó mirándolo.

-Buen día hermosa

-Buen día rubio

Guido tomó su cara dando besos en toda ella sin importarle nada.

Mila correspondió sin problema y Guido se posicionó sobre ella lentamente acariciando su cintura.

-Perdón por ayer-Susurró el chico.-Fui un pelotudo

-Sí, lo fuiste

-Perdón

Ella asintió mientras lo tomaba de la nuca acercándolo a sus labios, se besaron y la chica suspiró cuando la mano del rubio se coló por su remera.

La respiración agitada de el se escuchó y Mila observó como sus ojos estaban oscuros, el la deseaba y no se molestaba en ocultarlo.

-Morocha

-¿No es muy temprano?

-No me digas eso cuando ahora mismo estoy al palo y lo único que me importa es desnudarte

-Tengo que hablar con Jack, llamar a Iara por el tema de las noticias... tengo que...

-shh, que esperen, además Iara se encarga de eso-Susurró mientras besaba su cuello el rubio.

Mila lo besó y Guido se acomodó mientras ella se levantaba un poco para que él termine sacando su remera.

El rubio observó la parte de arriba de su chica y sin esperar atacó sus pechos.

Mila jadeó fuertemente al sentir la lengua de el en uno de sus pechos y su mano jugando con el otro.

Ella desesperadamente buscó el borde de su remera viendo como el se dejaba sacarla para volver a atacar su cuerpo.

Sus besos bajaron desde su mandíbula al paso que estaba entre sus pechos, bajó a su abdomen mientras quitaba el short con el que ella dormía.

Vió su ropa interior y sin esperar la sacó también.

𝐑𝐄𝐋Á𝐌𝐏𝐀𝐆𝐎𝐒-Guido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora